Opinión

Los funcionarios culturales que la cultura requiere

jueves, 11 de junio de 2020 · 17:00

Twitter: @AlfiePingtajo

Llevo diez años ininterrumpidos de trabajar en el ámbito cultural (sin contar los 5 años que durante mi etapa universitaria me dediqué a organizar presentaciones de libros y coloquios de literatura para mi Facultad). Antes de, oficialmente laboral en Cultura, daba clases de redacción, literatura en los niveles de secundaria y preparatoria de escuelas privadas. Diez años que además de darte experiencia, dan mucho aprendizaje. 

He estado en diversas áreas: museos, literatura, logística de eventos masivos, manejo de programas de apoyos económicos a artistas nacionales y manejo de redes sociales. He trabajado tanto en el ámbito Federal como en el Estatal. Experiencia hay y sin embargo aún hay mucho que aprender.

Durante estos diez años una de las principales cosas que aprendí para lograr el éxito laboral, debes trabajar en equipo.

Para construir un buen equipo, necesitas crear lazos humanos con tendiente a una familia adoptiva. Hay que conocer a tu personal: enfermedades, gustos, fecha de cumpleaños, vida privada y apoyar a tu compañero cuando lo necesiten.

Me puedo considerar afortunado, tuve jefes que me guiaron y enseñaron muy bien: 

  • Aprendí que cuando uno quiere o desea tanto algo, siempre se encuentran los caminos para alcanzarlo.
  • Para ordenar hay que tener pleno conocimiento del tema y humildad para reconocer cuando se ignora o no se tiene el panorama completo.
  • Un buen jefe no impone su visión; construye tomando en cuenta otras visiones.
  • Un buen jefe delega y no concentra ni el poder ni el conocimiento.
  • Un buen jefe comparte -en la medida de lo posible- el pan y la sal con todo su equipo de trabajo.
  • Un buen jefe no sólo supervisa u ordena; también barre, trapea, monta o desmonta una exposición, pone y quita sillas o mesas.
  • Un buen jefe busca conocer a fondo cómo funciona u opera todas las áreas que están a su cargo
  • Un buen jefe respeta la libre expresión, valora y promueve tanto el disenso como la crítica.
  • Un buen jefe no se queda con los aplausos o las ideas, reconoce públicamente a las personas que sacaron adelante al trabajo o idearon y desarrollaron el proyecto.
  • Un buen jefe es respetuoso del tiempo libre de sus trabajadores.

Ahora bien, en la Cultura no sólo se requiere contar con las anteriores características, sobre todo en puestos de alto mando, también se necesita:

  • Un funcionario que no asiste tanto a eventos organizados por su área como a los que es invitado, es un funcionario que no será apreciado por la comunidad artística.
  • Un buen funcionario cultural debe saber mediar entre las necesidades del artista, las del ciudadano y las de la Institución en la que labora.
  • Un buen funcionario cultural debe generar opciones tanto para la famosa “alta cultura” como la “cultura popular”. Nunca ponderar una sobre otra. Un sano equilibrio.
  • Un buen funcionario cultural comprende a que a toda la comunidad artística hay que apoyarla, pero debe tomar en cuenta sus particularidades y alcances.
  • Un buen funcionario cultural genera políticas públicas para ayudar a perfeccionar y subir la calidad y estética de los integrantes de la comunidad artística.
  • Un buen funcionario cultural mantiene dialogo constante con la comunidad cultural.
  • Un buen funcionario cultural más que trabajar para el Gobierno, trabaja para la comunidad cultural.
  • Un buen funcionario cultural siempre velará, defenderá y pugnará por la comunidad cultural y contribuirá a apoyarles a siempre conseguir más y mejores herramientas y apoyos para su correcto desenvolvimiento artístico.
  • Un buen funcionario cultural hace que la Cultura más que un trabajo sea un estilo de vida.

La Cultura, hoy más que nunca, necesita funcionarios culturales que sean no soldados si no combatientes dispuestos a morir en batalla.

La Cultura necesita funcionarios culturales que sean más empáticos con la comunidad cultural y artística.

La Cultura necesita funcionarios culturales que tengan un amplio conocimiento de leyes, normas, reglamentos y demás instrumentos legales que existen alrededor de temas culturales.

La Cultura necesita funcionarios culturales que sepa cuáles son las necesidades reales de la comunidad artística y no ande averiguando al momento.

La Cultura necesita funcionarios culturales que pretendan trascender necesita entender y comprender que a él no lo necesidad la comunidad artística, si no que éste necesita de la comunidad artística.

La Cultura necesita funcionarios culturales que entiendan: la vida sin Cultura no vale la pena vivirse.

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