Opinión

¡No lo creían!

lunes, 25 de mayo de 2020 · 15:42

Actos de poder

Twitter: @Fercoca

Y salieron a la calle pues el virus era un invento. Y como el doctor Gatell decía que el cubrebocas convencional no tenía una evidencia científica que demostrara que servían para evitar el contagio, tampoco se lo pusieron.

Aclaro, López Gatell afirmó que lo que no servía era ese cubrebocas azul que se vende en cualquier farmacia o centro comercial, pero cada uno lo entendió como quiso.

Hoy debo contar bajas entre mis amigos, vecinos y conocidos. No se cuidaron, no atendieron las recomendaciones de no salir de casa y, en caso de tener que hacerlo, tomar extremas medidas para evitar el contagio.

A mí me preocupa que, a cinco días de que se levante el confinamiento, los contagios se eleven. Y como no tenemos pruebas que identifiquen a los asintomáticos o a los que, aun con síntomas de COVID-19, deben salir para poder ganarse la vida.

El día primero de junio se recomienda precaución para que todos podamos mantener la salud. El SARS-CoV-2 es un enemigo microscópico pero poderoso en el que no debemos confiar.

El virus no se va a ir solo porque nosotros salgamos a la calle, ahí está, al acecho. Según Hugo López Gatell, estamos en una fase de reducción de casos en algunos lugares del país. Pero otros, como Villahermosa, la Ciudad de México, y la zona metropolitana, estamos en la cresta de la crisis epidémica.

Esta semana tendríamos que ver una disminución importante, sin embargo, recordemos que López Gatell nos decían que el pico de contagios podría ser a principio de junio, parece que se cumplirá la proyección.

Tenemos que prepararnos para un rebote de la pandemia. Puede o no suceder con la virulencia de la que estamos viviendo.

Por desgracia, muchos de los nuestros no lo creyeron y su incredulidad les costo todo.

En México veremos una “normalidad” a finales de año, en tanto, cuidémonos.

La Letrina. Hace unos días asesinaron a Alfonso Issac Gamboa Lozano. Fue titular de la Unidad de Política y Control Presupuestal de la Secretaría de Hacienda durante el periodo de Peña Nieto. Era pieza clave en la investigación de desvío de recursos públicos (Operación Zafiro) para campañas del PRI en estados del norte del país (Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila, entre otros). Cercanos al expresidente Peña eran quienes manejaban las finanzas del PRI, y presumían que, al entonces dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones, lo tenía sin un quinto en la bolsa. Peña, Osorio Chong y Videgaray perdieron las elecciones, pero culparon a Beltrones. Para esclarecer el destino de los recursos, los peñistas deberán decir a dónde se fueron más de 650 millones de pesos. ¿A poco se atreverán a culpar a Beltrones y a su equipo si siempre se vanagloriaron de que ni un peso para el PRI pasó por sus manos?

 

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