Opinión

Perdiendo el horizonte

jueves, 14 de mayo de 2020 · 07:27

Twitter: @Marioliva4

En un escenario que se avecina (aún más) complicado a nivel económico, social y ambiental, dar un giro hacia la sustentabilidad, que se entiende como el equilibrio entre esas misas tres esferas, es no sólo una acción antisistémica, justamente cuando hay que liderear un cambio de paradigma hacia la colaboración y la reestructura del sistema de producción.

En este sentido, el gobierno de México, (digamos, incluso sorprendentemente ) se ha empeñado en seguir con los proyectos de infraestructura y corte extractivista que ya levantaban alarmas en términos ambientales y sociales: el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, Santa Lucía y El Corredor Transístmico y que llaman la atención por su antecedente en el plan de desarrollo Plan Puebla Panamá y que desató grandes movimientos sociales en defensa del agua, la tierra y el territorio, por su enfoque neoliberal, extractivista y violatorio de los derechos humanos.

La oportunidad de liderar un cambio de paradigma desde el Gobierno mexicano se vislumbra casi imposible, no porque no sea viable, sino porque no hay visión a futuro. Por lo menos no hacia un futuro sostenible.

En términos energéticos, por ejemplo, la industria solar genera en Estados Unidos más ( y mejores) empleos que la extracción del carbón, en México nuestra capacidad en potencial de energía solar es privilegiada, el repunte del desarrollo de tecnología para utilizar hidrógeno como combustible ha comenzado con algunos países dedicando financiamiento al desarrollo del hidrógeno como combustible, o incluso las cooperativas energéticas con participación activa de sus comunidades

Estas son acciones que apuntan hacia la sostenibilidad y por lo tanto a combatir la desigualdad, crear sociedades resilientes y sobre todo, con respeto a los Derechos Humanos. Ese debería ser nuestro horizonte.

La capacidad para convertirnos en un país socialmente justo y con una economía viable, está en regenerar, no en extraer. Pero las acciones gubernamentales por acción u omisión no están garantizando un futuro viable, adecuado a la realidad mexicana.

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