Opinión

¿Cómo va la confianza hacia México?

domingo, 10 de mayo de 2020 · 19:13

Twitter: @sofissy

En los años anteriores, las perspectivas económicas de México se habían debilitado por las presiones del gobierno estadounidense hacia una renegociación del TLCAN así como por el fuerte desliz comercial entre Estados Unidos y China. Parecía que todo iba a pintar mejor después de que finalmente fue aceptado un nuevo acuerdo –TMEC- entre Canadá, Estados Unidos y México, además de que a principios de este año se había logrado la firma de una primera fase entre EE.UU. y China.

No obstante, esto se preveía que se viera limitado por la incertidumbre sobre el futuro de las finanzas públicas del gobierno federal, su giro económico, la fuerte inseguridad en el país y la incertidumbre jurídica que se había puesto en juego después de la cancelación del famoso NAIM y la revisión de los contratos del sector energético. Por lo tanto, ya se esperaba que la economía mexicana conservara una holgura en este año y posiblemente algunos ajustes en la calificación crediticia de la deuda soberana mexicana y de Pemex.

Ahora bien, en los últimos meses hemos experimentado un giro completo en el panorama tanto económico como social a nivel mundial. El cierre necesario en diferentes sectores económicos para evitar la propagación del COVID-19 provocó desajustes en las cadenas de valor en el mundo que además al desarrollarse a destiempo, aún se desconoce el impacto que pueda tener al interior de las economías, teniendo presente que al no contar aún con una medicamento o vacuna que limite el contagio es posible que se prolongue dicha situación por más tiempo.

De esta manera, gradualmente la confianza mundial se ha debilitado y en particular en nuestro país.

Desde el mes de enero de 2020, el sentimiento económico del sector empresarial ha venido en picada, de acuerdo al Índice Mexicano de Confianza Económica realizado conjuntamente entre el Instituto Mexicano de Contadores Públicos y Bursametrica. Notablemente, la confianza actual se ha enfriado aunque ha sido más significativa la futura al considerar que habrán menos ventas, los inventarios se reducirían, así como la inversión en capacitación y en activos que pudieran incrementar la productividad o el crecimiento de la plantilla laboral. Asimismo, en los últimos dos años y medio, se había considerado que el principal elemento que limitaba a la economía eran las condiciones de inseguridad en el país, las cuales han sido desplazadas, sin abandonar los principales peldaños, por la falta de capital y la disponibilidad de financiamiento en el mes de abril.

Elementos muy importantes que han venido limitando a la actividad económica mexicana derivada de las medidas de cierre de actividades a menos de ser consideradas esenciales y la falta de implementación de medidas de apoyo más alentadoras para las empresas. Cabe señalar que dicho indicador de confianza se ha hundido hasta niveles no vistos desde que comenzó a calcularse en septiembre de 2011. A esto hay que agregarle que recientemente la calificación de la deuda soberana nacional fue recortada bajo los argumentos de una previsión económica más débil y la menor percepción positiva en torno a las políticas económicas de la administración gubernamental actual.

Por otro lado, la confianza de las familias mexicanas, calculada entre el INEGI y Banco de México, de igual forma se ha reducido en los meses precedentes, desconocemos cómo fue durante en abril ya que el INEGI suspendió la publicación de los resultados de la encuesta nacional durante los meses de mayo y junio derivado de la emergencia sanitaria, pero suponemos que es muy posible que esta se haya contraído considerablemente.

Por lo tanto, no solo una parte de los agentes económicos perciben un entorno más frío para nuestro país, sino la mayoría de ellos, los únicos que aún se mantienen más optimistas es el Gobierno, habrá que ver cómo continúa la situación.

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