Guayaquil, no soy una noticia falsa
Twitter: @ana__islas
“Yo no soy una noticia falsa” me dice Noris sin titubear. El 6 de abril vio morir a su padre en casa víctima de ese coronavirus que ha arrebatado la vida a más de 160 mil personas en todo el mundo.
“Siento que se burlan de mi dolor” agrega refiriéndose a la indolencia con la que las autoridades han calificado lo que sucede en su ciudad a partir de videos que circulan en redes sociales de cadáveres en las calles, de padres, hijos o hermanas que murieron dentro de las casas y a quienes los que sobreviven han tenido que ceder el espacio por miedo a un contagio.
La expresión en el rostro de Noris es firme, pero por los ojos se asoma una tristeza que no ha podido fluir porque en Guayaquil, capital de la provincia del Guayas en la costa de Ecuador, no hay tiempo para el duelo, el coronavirus avanza sin dar tregua, ahí la lucha no es por sanar sino por ofrecer una muerte digna a tu familiar… las lágrimas vendrán después. Puedes leer: Denuncian la terrible situación de Ecuador y los muertos por coronavirus El día que su padre murió llamó al 911 para avisar sobre el fallecimiento, sigue esperando que le devuelvan la llamada. Logró conseguir un caja de madera para darle sepultura por la que pagó mil dólares, una de cartón como la que ofrecen las autoridades, no era una opción: “Es una falta de respeto” sentencia Noris y advierte “... mi papá medía 1.85 y pesaba 200 libras, eso se iba a desfondar”. Su padre no está en el registro de las víctimas de Covid-19. Tan solo los primeros 15 días de abril en Guayaquil 6 mil 703 personas murieron, las autoridades no saben con certeza cuántas de éstas por el nuevo coronavirus. Te puede interesar: Esta película mexicana predijo la situación en México por el coronavirus Noris es afortunada, hay quienes ni siquiera saben en dónde están los cuerpos de sus seres queridos, particularmente aquellos que fueron atendidos en hospitales como el del Instituto de Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Los Ceibos o los que fueron recogidos por la Fuerza de Tarea Conjunta creada por el gobierno para tratar de dar respuesta al colapso sanitario. Cuerpos que no están en las morgues de los hospitales o en las listas de la página web (coronavirusecuador.com) habilitada para consultar en los cementerios el paradero de los fallecidos.Ver esta publicación en Instagram
La ciudad-puerto de Guayaquil es el corazón económico de Ecuador, en ella viven alrededor de 2 millones 600 mil personas, la brecha de la desigualdad se abre profundamente entre los que tienen y los que sobreviven, entre los que pueden y los que piden. La pandemia por el nuevo coronavirus revela dolorosamente las consecuencias de una dinámica de desigualdad y ausencia de autoridad. La especulación se ha abierto paso sin miramientos, la desesperación de quien ve agonizar a su familiar en casa y está dispuesto a todo por salvarle la vida, se traduce en dinero para los que comercializan con el dolor. “¿Para qué quieren tanto dinero?” se cuestiona Erika Coello, una diseñadora gráfica residente de Guayaquil. “Hay medicinas que cuestan un sueldo básico, 400 dólares, de dónde vas a sacar 400 dólares para un par de pastillas que ni las vas a conseguir a tiempo”. Puedes leer: Coronavirus también afecta cerebro y sistema nervioso, confirma estudio Erika lamenta que la incapacidad del Estado los mantenga en la indefensión. Le duele que la crisis haya sacado lo peor de muchos guayaquileños, de los que prefieren que los productos caduquen en los anaqueles de las tiendas cerradas en vez de donarlos. Pero Erika tiene un aire de esperanza en la mirada, afirma que esta es una oportunidad para que la gente abra los ojos y aprenda a elegir bien a sus gobernantes la próxima vez.