Paz y prosperidad ¿será posible?

jueves, 27 de febrero de 2020 · 02:00

Por Lani Anaya Jiménez

Twitter: @LaniAnaya El 28 de enero pasado, en una gran apuesta de los Estados Unidos de América, el presidente Donald Trump y el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu anunciaron el llamado “Pacto del Siglo” a través del documento titulado Peace to Prosperity: A vision to improve the lives of Palestinian and Israeli people.[1]  El escrito contempla, grosso modo, la coexistencia de dos estados, Israel y Palestina con un territorio continuo para este último, además de el control de Jordania, Jerusalén y todas las fronteras bajo el dominio israelí.

Población judía serán incorporadas al territorio israelí

Las regiones en la Ribera Occidental con grandes asentamientos de población judía serán incorporadas al territorio israelí, las cuales abarcan el 20%, al mismo tiempo que se espera que suceda lo mismo con las áreas en el actual territorio israelí donde hay densos asentamientos palestinos. Esta publicación sucede en la coyuntura de diversos temas como la absolución de Trump, las próximas elecciones en Israel -y las dificultades de formar una coalición-, así como el  juicio de Netanyahu. Te puede interesar: Trump pide a Israel no permitir la entrada de congresistas musulmanas Desde el terreno diplomático entre el país norteamericano y las partes involucradas en la región, no es sencillo defender la imparcialidad de EE.UU. La representación de Palestina fue removida de Washington DC desde hace dos años,[2] además de efectuarse el traslado de la embajada norteamericana hacia Jerusalén reconociendo a la ciudad como capital israelí. El documento no ha incluido a la comunidad palestina para su elaboración, lo que denota a omisión de una de las partes involucradas en este conflicto histórico. La narrativa que se detalla parece dar un claroscuro entre las comunidades, sin tomar en cuenta la gran gama de ideologías -incluyendo las extremas- que hay al interior de las mismas comunidades. Las acciones anteriores, vistas a profundidad, y desde el terreno de los estudios de paz y conflicto, no consideran del todo el dilema de seguridad, una teoría que habla de la probabilidad de un conflicto armado basado en la incertidumbre de las partes acerca de las intenciones presentes y/o futuras de la otra. De acuerdo con Shiping Tang, la amenaza expansionista por medio de una o ambas partes, puede llevar a la búsqueda de mayor poder y a acciones postreras que desencadenen en un conflicto armado.[3]
El control militar de las fronteras, aunado a la petición a la comunidad Palestina en ser un estado desarmado, puede tener efectos negativos en la zona.
También te puede interesar: Madonna lanza mensaje de paz a Israel y Palestina Las cuestiones territoriales que presenta el acuerdo son criticadas. Desde 1967, y tomando un periodo interino de 5 años, se pensaba desde entonces la posibilidad de dos estados para cada comunidad. Dicho objetivo ha sido difícil de cumplir, aunque no a falta de negociaciones como se describe en el documento. Jerusalén, como ya se había mencionado, es una zona de vital importancia para israelíes, palestinos e incluso otras minorías; por lo que es comprensible la respuesta del presidente palestino Mahmoud Abbas al hablar de la soberanía de la misma.[4] Desde el anuncio, las protestas sociales han tomado lugar especialmente en Ramallah, Al-Bireh, Hebron, Jerusalén y Belén.[5]
Parte de las reclamaciones es, además del control de Jerusalén, la falta de un territorio contiguo para Palestina.
Este proyecto, si bien ambicioso, toma poco en cuenta a ambas partes, así como a los países que se han involucrado en previas negociaciones, al igual que a los Estados que habitan en los límites geográficos de la zona en discusión. Finalmente, el buscar un acuerdo de paz, tiene que considerar que cualquier cambio afectará las afectará las dinámicas sociales, económicas, ecológicas entre los israelíes, los palestinos y las minorías que habitan en la región, cuestión que es difícil de empatizar desde una postura lejana, tanto geográfica como de contexto. También te puede interesar: Donald Trump muda la embajada de EE.AA. a Jerusalén Lani Anaya Jiménez es especialista en ecumenismo por la Universidad de Ginebra, maestra en Paz y Conflicto por la Universidad de Uppsala, y licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es consultora de proyectos de paz y desarrollo en diversas organizaciones no gubernamentales, organizaciones basadas en la fe, y organismos internacionales; especialmente enfocados a las participación de mujeres y jóvenes en procesos de paz,  desarme y reintegración, migración, y desarrollo sustentable. Sígala en Twitter en @LaniAnaya. [1] En español "Paz para la prosperidad, una visión para mejorar las vidas de las poblaciones israelí y palestinas”. El documento original está disponible en https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2020/01/Peace-to-Prosperity-0120.pdf [2] Husam Zomlot. The U.S. ordered the Palestinian Mission to close. Here’s why it matters. The Washington Post. Publicado el día 14 de septiembre de 2018. https://www.washingtonpost.com/outlook/2018/09/14/us-ordered-palestinian-mission-close-heres-why-it-matters/ [3] Ver https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/09636410903133050 [4] Adam Rasgon. “Abbas on US plan “”We say 1000 times: No, no and no to the deal of the century” Times of Israel. Publicado el 29 de euro de 2020. https://www.timesofisrael.com/avvas-on-us-plan-we-say-1000-times-no-no-and-no-to-the-deal-of-the-century/ [5] Palestine News Network. Palestinians React to Trump’s Deal. Palestine News Network. Publicado el día 1 de febrero de 2020. http://english.pnn.ps/2020/01/29/palestinians-react-to-trumps-deal/

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