Opinión
Mi deseo de navidad
Esta crisis nos está ofreciendo una oportunidad para reconocernos, valorarnos y reinventarnos. Una especie de renacimiento simbólico.Twitter: @AlfiePingtajo
Sé por el calendario que al rato tendré -con mis papás y hermana- la cena de nochebuena para recibir a la Navidad. Cenaremos, pienso, para recordar que seguimos vivos y para no dejar pasar la fecha.
Empero, ni la casa está adornada con motivos navideños ni tengo tantas ganas. Y es que son más los motivos para llorar: miles de muertos por el COVID19; siguen desapareciendo mujeres; sigue la violencia provocada por el narcotráfico; la cultura y la ciencia siguen perdiendo terreno en las políticas de este gobierno; el desempleo y la desaparición de pequeñas, medianas y grandes empresas producto del COVID19 y de la falta de políticas económicas de parte de este gobierno, ha incrementado.
Son tantos días sin vida como la conocía, llevo dos meses desempleado que no encuentro la diferencia entre sábado y miércoles.
Dan ganas de quemarlo todo y comenzar de cero.
Las vacunas comienzan a llegar y una leve esperanza de recuperación comienza a vislumbrarse. Deseo que junto con la vacuna llegue una forma distinta de ver al país de parte del Presidente de la República Mexicana: AMLO. Esa vacuna es productor de la ciencia, también de un trabajo diplomático que es posible cuando se reconoce que se habita en un mundo globalizado, y sí también es posible gracias al neoliberalismo.
Sin embargo, esta crisis nos está ofreciendo una oportunidad para reconocernos, valorarnos y reinventarnos. Una especie de renacimiento simbólico. El proceso es arduo y doloroso. Es complejo lidiar con nuestros propios demonios.
Esa lucha sería imposible sin esa especie de salvavidas o cimientes que todo ser humano tiene: la familia nuclear, la familia elegida (amigos), las mascotas, los libros, la música, los hobbies, los sueños, las metas; etc.
Yo sueño con un México donde la Cultura, la Ciencia, la Laicidad, la Libertad, la Equidad, la Igualdad y la Fraternidad sean ejes rectores; donde las políticas socio-económicas apuesten por construir un país más rico y menos pobre; donde nuestros dirigentes políticos apelen porque todos y cada uno de los habitantes podamos acceder una vivienda, salud y economía digna y que vayan acorde a los tiempos que vivimos; entre otros tantos deseos y sueños.
Y como dijera el gran Chava Flores y usted, querido lector: ¿a qué le tira cuando sueña mexicano?
Mientras tanto, mi deseo de Navidad para todos es: salir avante de todo, recargados con más pasión y deseos por cumplir los sueños propios y construir entre todos un México más habitable.
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