Aciertos de la Política Exterior Feminista

De Andrea Navarro
Twitter: @andie_nr

Aún en tiempos pandémicos, la “Política Exterior Feminista” (PEF) de México -aunque constantemente criticada en varios sentidos- continúa sumando aciertos para el multilateralismo mexicano, y vale la pena repasarlos.

Mujeres en órganos clave de Naciones Unidas

Recientemente, en el marco de la 75 Asamblea General de la ONU, la Cancillería mexicana podía celebrar el triunfo de nuestro país para presidir los principales Consejos y Comisiones de dicha organización, contando con un evidente apoyo de la comunidad internacional. Entre dichas victorias destaca la titularidad de México en el Consejo de Seguridad, en el Consejo Económico y Social (ECOSOC), por mencionar algunos (El Universal, 2020).

No obstante, de entre estos espacios ganados -a decir verdad, bien merecidos- destacan otros en los que es más notoria la irremediable, positiva y cada vez más acertada presencia de mujeres mexicanas en espacios estratégicos para el actuar de nuestra política exterior en organismos multilaterales clave.

Ejemplo de ello es la elección de la Dra. Leticia Bonifaz -abogada con gran experiencia en la Suprema Corte de Justicia, catedrática de la UNAM y feminista acérrima- para presidir el Comité de Naciones Unidas para la Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés); e incluso de la especialista Carolina Fernández Opazo, quien fue elegida para ser miembro de la Dependencia Común de Inspección (DCI) de las Naciones Unidas, único órgano supervisor externo del sistema ONU que tiene como fin principal “garantizar su buena gestión y administración eficientes” (Naciones Unidas, 2011).

Quiebre del “techo de cristal”

Repasando que una de las principales encomiendas en la PEF mexicana es “visibilizar el aporte de las mujeres a la política exterior y a las acciones globales”, la presencia de diplomáticas y funcionarias mexicanas con perfiles profesionales y aptos para el cargo a desempeñar se ha hecho evidente.

Gracias a ello se ha podido (aunque paso a paso) quebrar ese “techo de cristal” tan difícil debido a los tradicionalismos en las designaciones diplomáticas clave.

Tal fue el caso de Marta Bárcena, (muy pronto ex -) embajadora de México en EE. UU., quien fuera la primera mujer en ocupar el cargo y que -por su experiencia de más de 43 años en el Servicio Exterior Mexicano (SEM)- pudo sortear de una forma excelsa los vaivenes en las relaciones entre México y la administración de Donald Trump. Y pese a su pronta salida del terreno ganado, podemos decir que ha sido un triunfo en la política exterior mexicana en su intento de consolidarse feminista, pero también abrió paso para que en el futuro más mujeres puedan ocupar los mismos cargos sin excepciones por su género.

Una nueva era de mujeres en el exterior: Primera magistrada mexicana en la Corte Penal Internacional

Pese a que el camino continúa siendo largo para la comunidad de mujeres diplomáticas y funcionarias mexicanas, hoy podemos decir que sí hay “luz al final del túnel”. 

Así como en Naciones Unidas se augura una nueva era de mujeres titulares, en otros organismos internacionales como lo es la Corte Penal Internacional (CPI) -reconocidísima a nivel mundial por su encomienda de procesar los crímenes de lesa humanidad y genocidios- ha llegado el momento de incluir el liderazgo femenino mexicano entre sus filas.

Y para esta gran tarea ha sido elegida la Emb. Socorro Flores Liera, quien fuera miembro del SEM desde hace casi 18 años y poseedora de una indiscutible trayectoria en materia de Derecho Penal Internacional y Derechos Humanos, como la primera mujer mexicana en ocupar uno de los 18 asientos en la Corte.

Así, cerramos este año pandémico con una gran noticia digna de celebrarse, pues todo indica que la siguiente década -de la mano con los aciertos que se vayan acumulando en la PEF mexicana- el multilateralismo mexicano tendrá rostro de mujer y los liderazgos femeninos serán quienes marquen la tendencia en la forma de tomar decisiones de alto mando a nivel internacional.

¡Enhorabuena, pues ya era hora!

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