Opinión

El Fratelli Tutti a la mexicana

martes, 1 de diciembre de 2020 · 17:12

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La semana pasada se dio a conocer la Guía ética para la transformación de México, un documento que surgió a partir de discusiones y reflexiones colectivas entre iglesias, universidades y organizaciones de la sociedad civil que buscan conciliar el sentir común mediante el diálogo plural. El mismo gobierno, en voz de Jesús Ramírez Cuevas, no solo acepta que es un texto polémico, sino que invita a su discusión abierta para seguirlo enriqueciendo y es lo que haré en esta columna.

Es importante partir del contexto que nos rodea en todas las trincheras donde nos desenvolvemos en lo profesional, social, personal, familiar, etc y la forma en la que nos adaptamos y las peculiaridades de cada uno de estos. Como mujeres, aunque seamos mayoría, enfrentamos un contexto desigual en toda la extensión de la palabra en el que la violencia es una lucha cotidiana incansable. A esto sumemos las condiciones de desigualdad que venimos acarreando desde hace décadas y el declive con la actual crisis sanitaria que permanecerá por un largo plazo.

Después de leer la Guía ética y comentarla con una amiga, me hizo notar que era un texto extremadamente parecido al publicado por el Vaticano a principios de octubre y que se titula Fratelli Tutti: sobre la fraternidad y la amistad social. Si leen el texto sobre líneas, podrán constatar las notables similitudes que tiene con la Guía presentada por el gobierno mexicano la semana pasada, y no es que los veinte principios que se proponen sean malos. Si en algo podemos estar de acuerdo es que la ética es la base de nuestra sociedad y aunque no compartimos los mismos principios, sí hay una base común que permite que funcionemos como sociedad.

Aunque dentro de las promesas de gobierno esté incluida una Constitución Moral y esta Guía sea uno de los resultados que conducen al cumplimiento de dicha promesa, resulta, por decir menos, incongruente y muy insensible que los principios no tengan nada que ver con las acciones llevadas a cabo por este gobierno. Por ejemplo, el primer principio apela al respeto de las diferencias de pensamiento y lo que vemos muy seguido en las mañaneras es al presidente despotricando en contra de quien piensa distinto a él, descalificando y fomentando la polarización, del noveno principio que habla sobre el perdón, pregona por el otorgamiento de éste en caso de haber sido víctima de maltrato, agresión, abuso o violencia, ¿de verdad el gobierno se atreve a sacar un documento así en un contexto donde los índices de violencia están más altos que nunca, en un país donde en lo que va del año hay más de 12 mil denuncias por violación y se mata a 11 mujeres todos los días?

Y así podemos discutir ampliamente cada uno de los principios, porque claro que hace falta el debate plural donde podemos filosofar y hablar desde nuestras experiencias, pero cuando este documento resulta tener tantas similitudes con un texto religioso y se destinan recursos públicos para su difusión, por supuesto que hay que levantar las señales de alarma porque como país estamos sumidos en crisis que están costando vidas todos los días, con una desigualdad sistemática que no se está combatiendo de raíz y con un Estado de derecho que sigue sin ser efectivo para la mayoría. 

El Estado no puede perder de vista su rol primordial, no solo porque fue un mandato democrático que así decidimos la mayoría en 2018, sino porque se prometió una y otra vez desde hace muchos años y después de dos años el discurso no ha cambiado y las acciones de una transformación profunda de la vida pública siguen sin ser tangibles del todo.

Quiero ver un Estado dispuesto a fortalecer el acceso a la justicia, que combata la desigualdad de raíz y no se dedique a otorgar dádivas, que respete el derecho a disentir en lugar de solo atacar, y sobre todo que garantice los derechos para toda la sociedad y no minimice la violencia hacia las mujeres. Por supuesto que la construcción de ese Estado nos corresponde a todos, pero que las autoridades hayan priorizado una Guía ética antes de tomar acciones contundentes para combatir los males que nos aquejan es francamente indignante y muy decepcionante a dos años de haberles brindado la confianza de hacer las cosas diferentes.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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