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A pesar de que la experiodista Lilly Téllez fue postulada por MORENA en 2018 para el Senado de la República, sus comentarios en tribuna siempre fueron incongruentes e incompatibles con los ideales y objetivos de la Cuarta Transformación. Esta controvertida senadora por Sonora se ha dado a conocer ante la opinión pública por sus actos y declaraciones que rozan la frontera entre el conservadurismo, el clasismo y el racismo; jamás por su trabajo legislativo.

La primera señal de esto llegó en marzo de este año, cuando esta senadora se lanzó contra la despenalización del aborto. En una sesión del pleno, Lilly Téllez comentó que el pañuelo verde utilizado por el movimiento feministas era “el trapo verde de la muerte”. Una postura que claramente traicionaba la ideología de izquierda y la lucha feminista de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo.

Posteriormente, la senadora criticó al Presidente Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación. Un comentario que terminó de desenmascarar que en realidad Lilly Téllez nunca compaginó ni internalizó los supuestos ideales y proyectos políticos que decía enarbolar cuando fue candidata.

En junio pasado, la experiodista puso punto final a las presuntas señales de traición y se unió al grupo parlamentario del PAN. Es decir, le dio la espalda a un proyecto que dijo defender y no hizo más que utilizar las consignas de la izquierda, el trabajo y la figura del hoy presidente López Obrador para obtener una senaduría.  Aún más preocupante fue el hecho de engañar y desconocer a los más de 500 mil sonorenses que confiaron en ella a través de su voto, a quienes creyeron que esta persona representaría a la izquierda, a MORENA y que apoyaría al proyecto de la Cuarta Trasformación.  

Ya en el PAN, la exsenadora morenista dio rienda suelta a todas sus fobias, pues el partido le cayó como anillo al dedo. En un reflejo de lo más burdo y lamentable de la política mexicana, Lilly Téllez transformó la comparecencia del Dr. Hugo López-Gatell en un vil show que rompió la oportunidad de evaluar resultados, plantear soluciones o cuestionar con sólidos argumentos el manejo de la pandemia por COVID-19 en el país.  

La intención de Téllez era aprovechar la coyuntura de la pandemia para golpetear al gobierno del Presidente; mientras que, en su estrategia, se utiliza el discurso clásico de una oposición que no piensa ni existe. Para ganar credibilidad, estos políticos montan grandes teatros legislativos, omiten argumentos y pretenden subsanarlos con insultos, mentiras y gritos que afirmen que el Dr. López-Gatell es el “pequeño virrey del país de las camas vacías y muertos en casa”.

El punto más drástico de las críticas de la ahora senadora panista llegó hace unas semanas, cuando su desprecio hacia el Presidente de México mutó en un condenable racismo contra los pueblos indígenas de nuestro país, pues en el marco de los festejos del Día de Muertos y la quema de incienso a Andrés Manuel López Obrador, Lilly Téllez declaró vía Twitter:

“No es un homenaje a las tradiciones. Es una idealización de la ignorancia. México necesita ciencia, no superchería”.

Sus señalamientos son inaceptables, porque además de violentar la autonomía cultural, así como las tradiciones y cosmovisiones de los Pueblos Indígenas, sus enunciados terminan siendo una representación del discurso de odio, del racismo y la política demagógica que impera en la derecha mexicana, tal como le reprochó también el abogado tseltal y luchador social, Gabriel Méndez López

Una pseudo representante popular como Lilly Téllez no debe aparecer más en las tribunas legislativas mexicanas, porque ella traicionó a los sonorenses, a sus representados. Esta senadora resultó ser un asalto a la ciudadanía, les robó sus votos y su confianza.  

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