Opinión

Pero que sí exista justicia

domingo, 8 de noviembre de 2020 · 19:41

Twitter: @JOHN_OLIVERA

Una de las transformaciones más esperadas para el sector laboral es la transición del modelo de impartición de justicia en la materia. Durante muchos años el esquema de conciliación y arbitraje que sigue vigente ha terminado por destruir el sindicalismo mexicano que se construyó en pro de los trabajadores durante el siglo XX. Con el tiempo, el sistema charrista fue desmoronando el futuro de las presentes generaciones activas y esperanzadas por un retiro equilibrado o superior.

¿Qué promete el nuevo sistema de justicia laboral?

De acuerdo con el periódico La Jornada en su nota periodística titulada En menos de dos semanas empieza nuevo sistema de justicia laboral; siete entidades, pioneras: STPS (De la Redacción, viernes 6 de noviembre de 2020). El próximo 18 de noviembre se iniciará la primera etapa de implementación del sistema de justicia laboral en los Estados de Campeche, Chiapas, Durango, Estado de México, San Luis Potosí, Tabasco y Zacatecas, creando el Centro de Federal de Conciliación y Registro Laboral.

Bajo este criterio de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, su titular María Luisa Alcalde, en la Ciudad de México no se está considerando la urgencia que amerita la atención de miles de asuntos que están bajo el régimen anterior y que están siendo un lastre en el progreso para la justicia laboral. Se requieren de mejores elementos y atenciones por parte de las autoridades para terminar con los conflictos en la materia para equilibrar el ambiente político, económico y social.

Por otro lado, es necesario quitar la autoridad de la Dirección General de Registro y Asociaciones del sistema vigente, ya que no permite la circulación de poderes sindicales que mantienen la sumisión, la opresión y la corrupción como en el caso del Sindicato Mexicano de Electricistas, donde esta autoridad mantiene la esquematización sistémica de corrupción con Martín Esparza Flores a sabiendas de que no puede ser representante sindical por ser un miembro inactivo, expulsado y es empresario, pero la base sindical eligió a su Secretario General Jorge Sánchez García, quien cubre los elementos estatutarios y jurídicos para poder obtener dicho trámite administrativo. Aunado a esto, Sánchez García tiene el reconocimiento por parte del Ejecutivo Federal y un tribunal judicial.

Centro Laboral de Conciliación y Registro Laboral

Este organismos deberá ser eje fundamental para evitar que se lleguen a los juicios laborales que, en teoría, deberían ser prontos y expeditos como lo señala la ley, pero en la práctica, un juicio laboral puede durar más de diez años dependiendo de la relevancia política y jurídica.

El CLCA no es algo nuevo, ya que este procedimiento lo pudimos encontrar en la legislación anterior, precisamente en la etapa del proceso laboral de Conciliación, cuya actividad se desarrollaba con la finalidad de llegar a los acuerdos entre patrón y trabajador para evitar el juicio laboral como tal. Para el caso, la Junta de Conciliación era notificada sobre dichos acuerdos o la continuación con el proceso en ruta al juicio. Por lo tanto, el legislador aprobó este procedimiento como parte de una instancia jurisdiccional para hacer valer la “justicia” orgánica. Pero en la praxis se continuará con el mismo sistema ¿Con un nuevo organismo se podrá conciliar de forma más eficaz y eficiente? En esta instancia se deberían exponer a las partes los posibles resultados que se obtendrían en caso de llegar al juicio. Así se reduciría el costo y tiempo del litigio.

Reflexión

No importa si se crean organismos nuevos para mejorar el sistema judicial en nuestro país. Lo que importa es que se aplique la ley y brinde certidumbre jurídica para garantizarle a los ciudadanos como lo establece la Constitución, una justicia “pronta y expedita”, ya que en cualquier juicio laboral se extienden los procesos y procedimiento por estrategias jurídicas que, lamentablemente, la ley permite y, en gran parte, perjudican al trabajador.

Esta nueva reforma es prometedora de convergencias de esfuerzos gubernamentales para alcanzar la justicia laboral en el país. Como es de esperarse este modelo no está exento de errores y fallas principales como las que tuvo-tiene el sistema penal acusatorio adversarial, pero con base en esta experiencia, no se puede permitir continuar divagando en si la impartición de justicia se encuentra en diez años o más. Debemos dar un voto de confianza en este nuevo sistema que luce brillante y que, esperemos, cuente con el personal capacitado para atender los derechos de los trabajadores.

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