Por la libre: El dictamen se aprobó

Twitter: @PaolaRodc31

Después de años de que fueran otorgados los primeros Amparos para consumo lúdico, así como para siembra, cultivo, cosecha, preparación, acondicionamiento, posesión, transporte e importación de cannabis para consumo personal, después de mucho trabajo de investigación y perseverancia para que la SCJN avalara el uso terapéutico de la marihuana en la Ciudad de México y ordenara la armonización de la normativa correspondiente en relación al tema, el Senado aprobó el consumo de cannabis con fines lúdicos en nuestro país, mediante la votación de la Ley Federal para la Regulación del Cannabis.

Sin embargo, el camino aun es largo, el Proceso Legislativo continua después de elaborado, presentado, discutido, votado y, aprobado el Dictamen en la Cámara de Origen. La Cámara de Diputados es la hoy revisora que podría presentar modificaciones o turnar al Ejecutivo Federal para su publicación.

Al presentar el dictamen a nombre de la Comisión de Justicia, su presidente, Julio Menchaca, señalo que: “atender una resolución de la Suprema Corte donde declara inconstitucional varios artículos de la Ley de Salud en donde se prohíbe el cannabis es todo un reto para esta legislatura”.

Y claro que ha representado todo un reto, para todos los involucrados en esta causa; la Suprema Corte ya había fallado a favor de que el consumo de la cannabis está estrictamente relacionado con el desarrollo de la personalidad, lo cual motiva su uso lúdico, pero también es de hacerse conocido el argumento que involucra el derecho a la salud, el derecho de miles de pacientes que esperan una verdadera despenalización para fines terapéuticos. La Constitución de la OMS afirma que “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano. El derecho a la salud incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de salud de calidad suficiente”.

Despenalizar, y así lo entiende la Corte, significa que el individuo es libre de consumir, siempre y cuando no vulnere los derechos de los demás ni ponga en peligro la convivencia ciudadana. Legalizar es permitir la producción, la venta e, incluso, el fomento del consumo.

La ley ahora permitirá a adultos consumir cannabis con fines recreativos, previas estrategias de salud para concientizar sobre posibles riesgos que conlleva este consumo.

Sin embargo, el uso medicinal del cannabis queda expuesto a políticas y lineamientos con enfoque prohibicionista, la emisión de licencias, registro y vigilancia sobre las diferentes actividades relacionadas con el uso medicinal, separada del uso lúdico, merma y dificulta el acceso a los pacientes que podrían recibir sus beneficios terapéuticos.

En un Estado de Derecho la ley es la norma jurídica dictada por una autoridad pública que regula a toda la sociedad, en este contexto la descriminalización es parcial, pero no supone una despenalización: las personas usuarias de cannabis podrán portar para consumo personal hasta 28 gramos de cannabis psicoactivo, y en caso de portar de 28 a 200 gramos, sin una autorización expresa para ello, deberá ser remitido a una autoridad administrativa y se sancionará con multa que puede ser de 250,000 pesos.

A pesar de que el panorama no se torna como el más adecuado para los pacientes cannabicos y el modelo a seguir es un modelo más apegado al prohibicionismo que a la legalización, este proyecto, aun embrionario de regulación, marca el inicio para un gran camino por andar, en materia de política de drogas, de derecho a la salud, del ejercicio de un derecho al libre desarrollo de la personalidad. Hay muchos aspectos por revisar, hay muchos criterios que armonizar, hay muchas garantías por proteger, pero hoy, comienza a notarse un color verde que representa la esperanza de muchos pacientes cannabicos, una victoria en la guerra contra el narcotráfico, un paso firme para la comunidad cannabica de la que muchos, por una o varias razones, somos parte.

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