Twitter: @HadaCosquillas

Muchas son las situaciones que se han visto afectadas por el tema de la pandemia y una de ellas y en lo personal considero la más importante, es la salud mental. Ya son muchos meses que hemos estado en el encierro y no sólo un encierro sino un encierro amenazante ya que implica que estemos en constante angustia y miedo de que si salimos y no nos cuidamos podemos morir y lo peor de todo es que así es. Han sido muchas las pérdidas que se han tenido en todo el mundo y pérdidas además de muchos tipos sin duda las más lamentables las pérdidas humanas pero a estas se suman la pérdida de empleo, la de hogares, la de una especie de certeza. Es así como nos enfrentamos a una pérdida de seguridad en la vida, si bien es cierto que esto de la seguridad realmente es una fantasía pero que nos ha ayudado a sobrellevar la vida y a no tener tan vulnerable la salud mental.

Ante tanta angustia, miedo, incertidumbre no nos queda más que comenzar a sentir cómo va cambiando nuestra química cerebral, tener un estrés constante nos lleva a que se desajusten nuestros neurotransmisores y esto nos hace aún más vulnerables a cualquier amenaza de salud por lo tanto, estamos ante un círculo de enfermedad. Sin embargo, hoy debemos ocuparnos mucho de la salud mental pues tal parece que al ser aparentemente silenciosa no nos damos cuenta de cuan afectados podemos estar ante tanta incertidumbre, miedo, ansiedad y el encierro. Muchos han sido los experimentos que nos han demostrado que el tener a personas en encierro les va vejando sus capacidades cognoscitivas, motrices en caso de que no se acostumbre algún tipo de ejercicio físico y evidentemente las capacidades sociales. Es claro que vamos perdiendo empatía, que nos volvemos egoístas y temerosos de lo de afuera pero no solo de lo que literalmente esta fuera sino lo de afuera de mi propio ser.

Estamos a punto sino es que ya, enfrentando uno de los problemas de salud más importantes de los últimos tiempos y no sólo me refiero al reto y encrucijada en la que nos ha puesto COVID sino al reto que nos impone la realidad y cómo o con qué herramientas vamos a enfrentar dicha situación. Ya no es opcional procurarse un desarrollo humano o desarrollar las habilidades socioemocionales, en realidad nunca debió serlo, pero ante tal situación es menester que cada ser humano se aprenda a ocuparse de sí mismo y lograr una dependencia emocional de lo contrario viviremos en una especie de barbarie en donde la depresión, la angustia y la ansiedad serán las armas de destrucción masiva y comenzaremos a ser testigos de nuestra propia extinción racional y sana. Y no es que quiera verme apocalíptica sino que ya es una realidad que cada día son más los que se suman a las filas del Burnout y aquellos que se dejan de sumar a cualquier otra fila.

No nos lo tiene que decir el presidente y Gatell para enterarnos que la tasa de índice de suicidios ha incrementado y lo más preocupantes es que el rango de edad se ha ampliado esto es, que cada vez más personas jóvenes incluso adolescentes, son parte de estas preocupantes estadísticas.

Es por ello que si no comenzamos a tomarnos en serio nuestra salud mental no podremos salir avante de esta crisis mundial. No sólo es indispensable tomar distancia y ponerse el cubrebocas, es preponderante también, dedicarse el tiempo para ahora desarrollar esas competencias que por siglos no se les ha dado importancia y que basta ver cómo habitamos el mundo para comprobar el error garrafal que esto ha acaecido. Quien en estos tiempos no cuente con herramientas y competencias socioemocionales, podrá sobrevivir a COVID pero no a los estragos mentales que todo ello ha implicado.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc.