Opinión

FRENAA (Frente Racista Esquizofrénico Neoliberal Aristocrático y Antidemocrático)

martes, 6 de octubre de 2020 · 16:55

Twitter: @alexcamacho_m

El autodenominado Frente Nacional Anti-AMLO es un movimiento de ultraderecha, conservador, totalitario, ligado a grupos religiosos y plagado de discursos de odio y consignas a todas luces discriminatorias. Razón por la cual, el nombre Frente Racista Esquizofrénico Neoliberal Aristocrático y Antidemocrático (FRENAA) les sentaría mucho mejor.

Este grupo no cuenta con un plan alterno de desarrollo, no propone ni suma. Gilberto Lozano, líder de esta organización, ha declarado en diversas ocasiones que FRENAA tiene como objetivo último (y único) destituir del cargo al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Es por eso que este grupo no puede considerarse una oposición, sin ideas, ni proyecto, su crítica se ha centrado en argumentos sobre prejuicios raciales, clasismo, y paranoias colectivas. En palabras de uno de los manifestantes en su auto de lujo, “Quiero vivir en un lugar donde no me gobierne mi sirvienta”.

FRENAA no sólo quiere destituir a López Obrador de su cargo, el objetivo oculto del discurso es perpetuar un viejo sistema de desigualdades sociales, repleto de discriminación contra los pobres.

Este grupo busca la resurrección del arcaico sistema de privilegios para la aristocracia, desean seguir viviendo a costa de engañar y robar a los desfavorecidos.

Detrás de las protestas y dentro de las casas de campaña en el Zócalo se esconde una ideología de supremacía racial, una visión clasista de lo que debe ser la política: No puede aceptarse de ninguna manera a un representante que habla como pobre, que viste como pobre y que vive como pobre.

En FRENAA coexisten los grupos más radicales de derecha e intelectuales orgánicos como Pedro Ferriz de Con o Rafael Loret de Mola que cegados por su

odio comparten imágenes falsas, olvidándose del rigor periodístico. También caben dichos fascistas como los del “escritor” Francisco Martín Moreno:

“Yo por eso propongo, que, si se pudiera regresar a la época de la inquisición, yo colgaba a cada uno, no colgaba, quemaba vivo a cada uno de los morenistas en el Zócalo capitalino”.

Finalmente, este grupo asegura apoyarse de procesos democráticos como son las manifestaciones. Esa exigencia es en sí misma clasista, pues a final de cuentas, ¿Qué importa pasar sobre la voluntad de la mayoría? ¿Qué importa olvidar a los 30 millones de ciudadanos que votaron por el actual presidente?

Sin duda, este movimiento es histórico en México, jamás se había visto a una “oposición” así de terrorista, tan “derechosa”, tan intolerante y que perpetúa un discurso de odio asquerosamente elitista, clasista y racista.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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