Opinión

Toma de casetas: de la protesta social al lucro

miércoles, 28 de octubre de 2020 · 16:19

Twitter: @GNava1980

El análisis de Inteligencia para la Seguridad Nacional se enfoca principalmente en la identificación de riesgos y amenazas a la permanencia, estabilidad e integridad del Estado Mexicano.

Para desarrollar un producto de Inteligencia Estratégica la Seguridad Nacional se analiza a través de los indicadores de los campos de poder nacional: político, económico, tecnológico, militar y social.

El campo político es donde están contenidos los indicadores que explican la relación de la población con los actores políticos como el gobierno y sus funcionarios, partidos políticos, gobernabilidad, democracia, etc.

En el campo político siempre hay disenso. Mientras unos sectores de la población están de acuerdo con las decisiones y políticas públicas, necesariamente habrá otros sectores que se oponen a ellas por motivos diversos.

Cuando los sectores sociales están en desacuerdo acuden a la libertad de expresión para darlo a conocer. De forma tangible el desacuerdo se muestra en actividades no violentas, y a veces, en los sectores radicales con acciones violentas.

De acuerdo con Gene Sharp, politólogo y filosofo norteamericano principal impulsor de las acciones no violentas, estas comprenden a las protestas o manifestaciones, huelgas y boicots, no cooperación política, bloqueos (empleando el propio cuerpo para detener contingentes policiales, por ejemplo) y presencia preventiva.

En nuestro país, la acción predilecta es la protesta o la manifestación. Una forma específica es la toma de casetas.

Originalmente la toma de casetas tenía como objetivo mostrar desacuerdo u oposición a acciones de gobierno y llamar la atención sobre problemáticas no resueltas y presionar al gobierno para entablar conversaciones. A partir de aquí, los gobiernos de cualquiera de los tres órdenes deberían implementar una estrategia de atención que al menos comprendiera tres vertientes: político- social, jurídico-penal y comunicación social para resolver el conflicto o problemática que daba origen a la toma de casetas. La autoridad competente para atender este problema a través de la disuasión o de uso legítimo de la fuerza era la Policía Federal, particularmente la División Caminos. Con la desaparición de la Policía Federal, la Guardia Nacional asume esta tarea y las tres vertientes de atención de los conflictos políticos, al parecer “cayó en desuso”.

Actualmente, la toma de casetas ya no solo tiene como objetivo la protesta, sino que se ha convertido en un negocio rentable para diversos grupos que no persiguen ningún objetivo en cuanto a oponerse a las acciones de gobierno.

En días pasados, las Fiscalía General del estado de Morelos realizó la detención de varias personas que tenían tomada la caseta de Alpuyeca, en la autopista Cuernavaca-Acapulco. En sus investigaciones la Fiscalía señala que este grupo de personas estaría vinculados al grupo delictivo Guerreros Unidos, que opera principalmente en Morelos y Guerrero. Diversos medios de comunicación informaron que los participantes en la toma de la caseta habrían recibido mil quinientos pesos diarios, mientras que las ganancias por el cobro ilegal del peaje habrían sido entregadas a este grupo delictivo.

La hipótesis de la Fiscalía de Morelos no suena descabellada. La nueva dinámica social y de seguridad provocada por la crisis del Covid 19, particularmente el asilamiento social y el cierre de fronteras, ha tenido un impacto negativo en las actividades ilícitas de la delincuencia organizada. Como ya he explicado en otras ocasiones, la delincuencia organizada es resiliente y adaptativa; han diversificado sus actividades delictivas hacia otras que les sigan generando ingresos económicos. La delincuencia organizada esta luchando por superar la crisis de la pandemia.

Por otro lado, es claro que también hay grupos de personas sin relación con grupos de delincuencia organizada que han hecho de la toma de casetas una forma rápida y efectiva para obtener ingresos económicos. En muchas ocasiones los automovilistas prefieren dar una “cooperación” antes de arriesgarse a ser victimas de agresiones por parte de las personas que tomaron la plaza de cobro.

Pero ¿por qué es cada vez más frecuente esta situación?

· Se podría atribuir a la desaparición de la Policía Federal, particularmente a la División Caminos porque ya no hay presencia de un elemento de disuasión que “convenza” a los manifestantes de no tomar las casetas.

· No existe una tipificación clara de la toma de casetas. Aunque la Fiscalía General de la República ha señalado que el Código Penal Federal en su Libro Segundo Título Quinto sanciona esta actividad ilegal, en realidad no hay un tipo penal claro que permita que las autoridades de seguridad y justicia cumplan eficientemente con su función.

· La impunidad. Como en muchos otros delitos, quienes toman casetas tienen la certeza de que no habrá ninguna consecuencia legal por sus acciones, por lo que han hecho de esta actividad una nueva forma de conseguir ingresos económicos. La impunidad se debe a lo explicado en el punto anterior, pero también al temor de las fuerzas policiales hacia los derechos humanos porque en frecuentes ocasiones los policías terminan siendo los detenidos por delitos contra los “manifestantes”.

· La crisis económica provocada por la pandemia de Covid 19 ha golpeado fuertemente los bolsillos de muchas familias mexicanas. Los programas de apoyo económico del gobierno no logran solucionar su problemática, obligándolas a buscar otras soluciones rápidas y fáciles.

En este escenario no se vislumbra una solución clara a la problemática principalmente porque su atención implica voluntad política y visión estratégica e implica, además, que ciertos grupos que puedan representar un capital electoral importante para 2021 vote en contra del partido en el gobierno.

Es posible que tanto los grupos de personas que se organizan por si mismas como aquellas que están vinculadas a grupos de delincuencia organizada continúen haciendo de la toma de casetas su actividad laboral de tiempo completo. Esta actividad ya no tendrá como fin la protesta, sino el lucro exclusivamente. Como en muchos otros delitos quienes quedarán en el abandono del gobierno serán las víctimas de esta actividad ilegal.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

 

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