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Hace unos días comparecieron ante el Congreso Federal, el Secretario de Salud -sí, aunque usted no lo crea, tenemos uno- Jorge Alcocer Varela, los directores del IMSS, ISSSTE e INSABI y el “Zar” Hugo López-Gatell, quien predijo que en México el escenario más catastrófico -casi imposible que ocurriera- serían 60 mil muertes por COVID-19, y al día de ayer llevamos ya reconocidas 87,894 y sin reconocer, más de ciento cincuenta mil según investigadores reconocidos mundialmente. Alcocer Varela dijo:
“Pudo ser peor” y nosotros le dijimos que sin duda “Pudo ser Mejor”.
La glosa del segundo informe fue el motivo de la comparecencia, donde por primera vez aparecen en el pleno las autoridades federales que encabezan el Sistema Nacional de Salud, cuyo común denominador es la ineptitud, que también mata, sin duda, podrían haber sido muchos menos muertes, y si no se corrige la estrategia, podrían ser en los próximos meses muchos más. Alcocer Varela, deslizó un posible “Rebrote” en el país, término falaz, pues el primer brote es el que sigue campeando, regresando en muchos estados y la ciudad de México a niveles de contagio y hospitalizaciones como antes, y con su absurdo semáforo, otra vez a “rojo”.
A lo largo de las ocho horas de comparecencia, no hubo ninguna señal de autocrítica, ninguna falla detectada del gobierno federal, ninguna luz de arrepentimiento, pero si la hubo de soberbia, de un Síndrome de Hibris exacerbado por parte del Subsecretario López Gatell, que con absoluto descaro, dado que él no iba a comparecer, protagonizó el espacio con sus “selfies” con pancartas y grandes lonas de MORENA y el Partido del Trabajo que lo respaldaban, lo que opacó a su “jefe”, el personaje descrito por H.G. Wells en 1897 “The Invisible Man”, me refiero al fino ser humano, excelente investigador y paupérrimo e inepto Secretario Jorge Alcocer Varela, quién ni allí, ante el ridículo en que lo estaba dejando en la máxima tribuna del pueblo, puso en orden a su subalterno, que a la vez, convirtió en “invisibles” a los otros tres funcionarios.
La ineptitud que mata se ha hecho ya una constante en quien por ley según el artículo 39 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal le corresponden al menos veintisiete actividades. La primera de ellas es elaborar y conducir la política nacional en materia de asistencia social, servicios médicos gratuitos universales y “SALUBRIDAD GENERAL”, así como coordinar los programas de servicios a la salud y los agrupamientos por funciones y programas afines que, en su caso, se determinen.
El Secretario Invisible, quien preside el máximo órgano constitucional llamado “Consejo de Salubridad General”, que depende directamente del presidente de la República y que fue diseñado específicamente para atender crisis sanitarias, sesionó hasta el 31 de marzo para publicar muchos días después, “la emergencia sanitaria”. Su irresponsabilidad e invisibilidad en el mando central de un asunto tan serio es tan clara, que nunca hubo un documento de preparación y respuesta ante la pandemia, mucho menos de la planeación y coordinación con las autoridades sanitarias estatales y municipales.
El resultado habría sido mejor si el secretario transparente hubiera asumido su responsabilidad para que se hicieran suficientes pruebas, equipo de protección personal y de atención hospitalaria necesarios para la atención de infecciones respiratorias graves, adquisición oportuna de medicamentos y dar un compás de espera en el desmantelamiento del sistema nacional de salud.
En la sesión, desde la oposición, le pedimos que el Instituto Nacional de Salud Pública llevase el nombre del Dr. Guillermo Soberón Acevedo, eminente salubrista nacional fallecido el 12 de octubre. También le entregamos el libro La gestión de la Pandemia en México con las medidas -de ocho semanas- que habría qué seguir para disminuir la mortalidad en los próximos meses, última obra del Dr. Soberón y varios ex secretarios de Salud de México. En dicha obra se describe la mala gestión de la pandemia.
Tan invisible es el secretario Alcocer Varela, que Salomón Chertorivsky, extitular de Salud, entregó el mismo ejemplar al Dr. López Gatell. De las mentiras dichas en el pleno contrastadas con el informe entregado por escrito en el Congreso platicaré después. Dr. Alcocer Varela, ¡Sí pudo ser mejor, mucho Mejor! La ineptitud mata.
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