Opinión

Marisela Escobedo y un Estado en deuda con las víctimas

jueves, 22 de octubre de 2020 · 09:46

Twitter: @JosManu31

“Mi nombre es Marisela Escobedo Ortiz, madre de Rubí Marisol Fraire Escobedo y le he perdido el miedo a todo”, es la frase de apertura del documental Las tres muertes de Marisela Escobedo, la historia de una mujer que luchó durante dos años para tratar de dar justicia a su hija, quien fue asesinada en 2008. El terror no terminó ahí, Marisela al estar en pie de protesta frente al palacio de gobierno de Chihuahua también fue asesinada en 2010 por aquellos a los que incomodaba su voz.

Este largometraje dirigido por Carlos Pérez Osorio es un trabajo minucioso que muestra uno de los casos más polémicos en los que se vio envuelto el sistema de justicia de México, pues se absolvió de culpa al presunto asesino de Rubí Fraire, hija de Marisela, aún cuando existían pruebas que indicaban su culpabilidad y una confesión de por medio en el juicio del implicado llamado Sergio Rafael Barraza.

Pérez Osorio realizó junto con su equipo de trabajo una serie de entrevistas a personajes que estuvieron involucrados: familiares, representantes legales, la procuradora del Estado de Chihuahua (quien estuvo en el cargo de 2004-2010), periodistas y hasta el presunto autor material del asesinato a Escobedo. Esto se mezcla con archivos de entrevistas a Marisela e imágenes de las protestas que realizó.

Una historia desoladora sin final feliz. Marisela Escobedo es un símbolo de lucha, una mujer que expuso al Gobierno de César Duarte, al expresidente Felipe Calderón y en general al funcionamiento fallido de los juicios en México. Ella es sólo un ejemplo de cuando los activistas son silenciados en el momento que se vuelven incómodos para los que ostentan el poder.

Un gobierno que se convierte en cómplice de asesinos y transforma a las víctimas en adversarios políticos refleja una estructura fracturada para una sociedad que vive en eterno malestar, por eso cobran tanta importancia las imágenes que la audiencia

puede ver aquí, pues llevan a preguntarnos qué tanto avance ha habido en la materia.

En nuestro país son asesinadas 10 mujeres al día y cada minuto de este material producido por Netflix es una pequeña muestra de lo que sucede con estos feminicidios. Pasaron 11 años del asesinato de Rubí y la situación no tiene una fecha para mejorar, al contrario, cada año la cifra aumenta.

En un lugar donde hay gente que sigue llamando “feminazis” a las mujeres que salen a marchar para erradicar la violencia de género, es obligatorio conocer la vida de Marisela para informarse y dejar de creer que sólo se sale a alzar la voz por nimiedades, es un asunto de seguridad pública de suma relevancia que no cambiará si no se les exige a las autoridades y a la sociedad en general.

Marisela vive en las luchas actuales, vive en cada protesta donde se exige respeto y seguridad en las calles y hogares. Ella es un estandarte que pocos olvidarán por la empatía hacia su caso y este documental es un homenaje a su nombre, a Rubí y a todas las personas que le ayudaron en los momentos más complicados de una batalla que desde el inicio estaba perdida con las autoridades que mostraron una completa incompetencia.

Al finalizar de ver la cinta es imposible no sentir indignación y decepción, es algo que nos atañe a todos como población y nos hace cuestionarnos, ¿en manos de qué personas está la justicia? Una historia de impunidad, colusión entre asesinos/gobierno y la eterna búsqueda de justicia que casi nunca llega.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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