Opinión

Una historia de amor sin final feliz

martes, 20 de octubre de 2020 · 10:30

Twitter: @Beelindacn

Decidí ver el documental Las tres muertes de Marisol Escobedo recién estrenado en Netflix. Decidí verlo un día a las 9 de la mañana. Recién levantada, sin desayunar, sola. Mala idea, las esperanzas del día se esfumaron desde temprano. Es un documental muy rudo, pero es una historia de amor, que logra evidenciar las fallas del sistema. Carlos Pérez Osorio nos explica paso a paso cómo funciona nuestro sistema de justicia, observamos cómo se hace “justicia” en un caso como este y nos confirma que la justicia no existe para nosotras.

Recuerdo que un día una tía estaba muy indignada conmigo porque ella no entendía los “destrozos” de nuestra amada Ciudad, porque obviamente ella no logra entender el dolor y la rabia con la que vivimos. Desde ese día me alejé de ella, cuando mis papás me encararon les respondí “porque cuando me maten a mí quiero ver que se atreva a decirte a ti, su hermano, que no son formas, que no es para tanto. Que un monumento vale más que la vida de tu hija”. A Marisela Escobedo no sólo la mataron tres veces con el asesinato de Rubí su hija, con la abolición de su asesino o con su propio asesinato; a Marisela Escobedo la siguen asesinando a diario, la asesinan nuestros funcionarios, los de antes y los de ahora porque ninguno nos ha hecho justicia, y la matan cada día las personas como mi tía, que creen que las mujeres excavamos nuestra propia tumba.

Hay días en los que me pregunto cómo le hacemos para seguir vivas, para sobrevivir con este dolor en el pecho, compartiendo todos los días en nuestras redes sociales boletines de mujeres desaparecidas, sabiendo que todos los días asesinan a más de 10 mujeres y a nadie le importa. Que todos los días 10 mujeres no vuelven a casa, que todos los días inicia la peor historia de terror para 10 familias. “Cuando ustedes duden de qué es lo que se debe hacer; cuando duden de qué manera se debe luchar, acuérdense de Marisela Escobedo”. Marisela luchó de todas las maneras posibles, lo hizo desde lo legal, de manera pacífica y dedicó hasta su último aliento en conseguir justicia para su hija Rubí.

Espero que al estar este documental en una plataforma tan popular como lo es Netflix, tenga un alcance inmenso, que las personas le dediquen una hora y lo vean, que puedan empatizar con la situación, no solo con la de Marisela Escobedo, sino con la realidad actual porque a 10 años del asesinato de Marisela, estamos peor que antes. Este documental es una historia de amor sin un final feliz, pero que sin duda nos da fuerza en un país en donde ocurren 10 feminicidios al día, en donde el 97% de los crímenes quedan impunes y donde nuestra sentencia de muerte está escrita al sabernos mujeres.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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