México, el talento del futuro no se formará con la educación del pasado

Sobre la mesa
Twitter: @gerardohdz_p

El futuro del trabajo a veces parece distante, en ocasiones vemos lejos este panorama caracterizado por la digitalización y la automatización de procesos que, conducen inevitablemente a la transformación de actividades y, por tanto, sustitución de mano de obra.

En un país como México, con más de la mitad de su fuerza de trabajo en la informalidad, con un mercado laboral fuerte en áreas como maquiladora y empleos con actividades rutinarios, la Cuarta Revolución Industrial puede percibirse como algo lejano, pero lo cierto es que, está más cerca de lo que podemos pensar e incluso lo podemos ver en nuestra vida diaria.

¿Has ido a una plaza comercial con estacionamiento automatizado? Esas máquinas en las que pagas tu boleto sustituyeron el trabajo que hacían personas cobrando el estacionamiento. En algunos supermercados han automatizado el proceso de paquetería, con lockers inteligentes y de la misma forma, se sustituye la función que hacían algunos empleados para resguardar la paquetería de los clientes.

La automatización y la digitalización van a transformar las actividades rutinarias de los trabajadores. En otras palabras, van a sustituir los empleos donde se hagan tareas repetitivas. A diferencia de otras revoluciones industriales, esta se caracteriza por un desarrollo y una adopción de tecnología acelerada.

Frente a este panorama, del cual México no es exento, es urgente repensar el talento que necesitamos para afrontar estos retos. En dos perspectivas, necesitamos reentrenar a los trabajadores y actualizar los programas curriculares de los estudiantes que, serán los que se enfrentarán con mayor fuerza al impacto tecnológico en el mercado laboral.

En el futuro del trabajo, las competencias como creatividad, innovación, comunicación, pensamiento crítico, toma de decisiones, trabajo en equipo, empatía, solución de problemas y conocimientos en áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) jugarán un papel clave.

En resumen, nuestro país necesita formar un capital humano más especializado y con habilidades socioemocionales, esas que nos caracterizan como humanos y que un robot difícilmente alguna vez podrá replicar. En esencia, este panorama de robotización y digitalización demandan un retorno al aspecto humano de los trabajadores.

Sin embargo, este talento del futuro no se puede formar con la educación del pasado. En México se continúa enseñando con modelos tipo fábrica, una educación que surgió para cubrir la demanda de una industria del siglo pasado, pero que se está quedando corta para le economía digital actual, que cada vez cobra mayor fuerza.

Seguimos preparando profesionistas con un modelo cuadrado, en el que se debe seguir al pie de la letra el programa curricular y de manera generalizada, dejándole a los estudiantes las mismas tareas que han hecho 10 generaciones en el pasado, descuidando el desarrollo de habilidades para el resto de la vida, limitando la creatividad y la innovación porque seguimos teniendo a los maestros en un rol de “sabelotodo” y no de facilitador.

En educación, cargamos con muchos vicios que no permiten formar al capital humano que el futuro del trabajo demanda. Sin duda, la educación ahora debería ser diferente, deberíamos transitar a un modelo más personalizado, donde cada estudiante avance a su ritmo, con planes que potencien las habilidades socioemocionales y con más casos prácticos, con un docente jugando un rol más de facilitador que de profesor y claro, explotando más las herramientas tecnológicas.

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