Opinión

La democracia en América Latina

jueves, 15 de octubre de 2020 · 14:28

Por Anahí Benítez
Twitter: @AnahiBenitezS

Hace un par de semanas, gracias a la invitación del dirigente nacional de la “Red Jóvenes por México” del Partido Revolucionario Institucional, tuve el honor de participar en las mesas de trabajo de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos en América Latina, COPPAL juvenil. El tema que elegimos fue: “justicia y democracia” y los resultados que obtuve en la búsqueda, son desalentadores.

De acuerdo con cifras del Latinobarómetro, la democracia ha perdido gran parte de su apoyo en los últimos años. En 1997 contaba con un 63% de apoyo, sin embargo, para 2001 el apoyo disminuyó a 48%. Lo más preocupante, es que en 2010, los ciudadanos de América Latina se declararon indiferentes al tipo de régimen. En los últimos años, se han realizado diversos foros para conocer el significado de la democracia en nuestros días y sobre todo, su futuro así como un sin numero de intentos de implantar la democracia como la única vía institucional para hacer valer la participación política de la ciudadanía. Sin embargo, hemos visto que los intentos son cada vez más difíciles y cada vez es más la capacidad de los gobiernos.

Las razones son distintas, pero la crisis de representación, es más que evidente. La ciudadanía ha abandonado la colectividad para acercarse cada vez más al individualismo (BREXIT). Si le sumamos los malos resultados de algunos gobiernos, un Estado carente de satisfacer las demandas sociales, más los efectos que la globalización ha traído en algunos

Gobiernos en el tema económico: la imposición de los agentes económicos internacionales y la limitante de gobiernos locales de acatar las políticas monetarias desiguales y muy alejadas de las necesidades nacionales, notamos una fuerte oleada de desregularización, desigualdad laboral, desigualdad económica y empobrecimiento del Estado.

Por si no fuera poco, la corrupción y las ideologías tergiversadas, dan como resultado el surgimiento y aumento de gobiernos populistas, ya sean de de izquierda (Venezuela) o derecha (Brasil, Estados Unidos). Un populismo que abandona las bases científicas y se centra en un gobierno demagógico en donde la lucha de clases se hace cada vez más evidente, y la cohesión social, más difícil de lograr. Es entonces que la democracia y sus alcances se ven completamente rebasadas por una falta de representación en los intereses y las demandas sociales. Si los gobiernos ya no son capaces de tener una estrategia para retribuir los recursos de manera equitativa, se alterará aún más la desigualdad y afectará el discurso político. Es así que, en algunos países de Europa, las nuevas generaciones han apoyado a la derecha radical, que no nos sorprenda que América Latina pueda adoptar un modelo similar: si la democracia se encuentra vulnerable, los gobiernos populistas pueden llegar para quedarse.

¿Qué podemos hacer?

La sociedad civil ha jugado un papel muy importante durante muchos años, sus propuestas han sido legitimas e importantes. Es momento de encausar institucionalmente sus demandas. Es hora de que los lideres políticos sean empáticos con la ciudadania, que se preparen, que estudien para mejorar su comunidad. América Latina carece de escuelas de gobierno, es momento de tener frente a nosotros personas formadas en materia.

No abandonemos las causas, pero sobre todo, no dejemos un lado la democracia.

Defendámosla: generaciones han peleado por ella.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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