Suicidio en México: Salvarnos a nosotros mismos

Twitter: @kikemireles

Yo también he estado en ese oscuro callejón donde uno no sabe qué hacer, donde la ansiedad te convierte en presa fácil de la depresión y cientos de preguntas bombardean tu cabeza al mismo tiempo sin tener respuesta para ninguna de ellas ¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Para qué? ¿Por qué...? Dejándote a merced de la culpa y la confusión en la que irremediablemente llega una última pregunta impulsada por la angustia ¿Y si mejor me voy de aquí?

Hay muchas cosas que se dicen y no pasa nada, cuando hablamos de suicidio, es todo lo contrario, se dice y pasa todo, se dice y eso lo que puede salvarnos, así yo me salve, y así pueden salvarse más; no soy experto en el tema, pero como muchos, pude encontrar la salida de ese callejón, y no, no lo hice solo, grite por ayuda y otros llegaron a iluminar el camino; estamos equivocados cuando pensamos que las personas llegan a la última pregunta por ser débiles o egoístas, olvidamos que la velocidad y golpes de la vida muchas veces nos envisten tanto y de una manera tan violenta que nos dejan aturdidos, algunos tienen la capacidad de reaccionar rápido, otros no; algunos pueden salir de aquel callejón, pero muchos otros no vuelven jamás.

En nuestro país se estima que más de 15 millones de mexicanos padecen de algún trastorno mental severo como ansiedad y depresión, en promedio, se presentan más de 14 mil intentos de suicidio, 6 mil 800 desgraciadamente logran su objetivo, esto representa cerca del 8.5% de las muertes del país, volviéndose la segunda causa de muerte en México; 40% de estos casos eran jóvenes entre los 15 y 29 años.

Ha llegado el momento de romper paradigmas sobre el suicidio, tenemos que hablar de ello como el grave problema de salud que representa, y es que crecimos en un mundo que nos grita a diario todo el tiempo tú puedes, no te rindas, no dejes de luchar, levántate, vuela, sonríe, se exitoso ¿exitoso para qué? ¿Exitoso según quién? ¿Por qué nunca hablamos de preparar el fracaso? No todo puede ni nos saldrá bien y casi nadie habla de ello, casi nadie habla de aprender de los errores, del crecimiento que provoca el caer y de dejar que cada quien lo haga a su ritmo ¿Se dan cuenta la presión brutal que estamos ejerciendo sobre nosotros mismos? Cada 40 segundos, una persona en el mundo opto por el suicidio como la solución a sus problemas, al menos el 5% de la población comete al menos un intento de suicidio durante su vida, y lo peor, entre el 10 y 14% de las personas tienen pensamientos suicidas de manera constante, se espera una actualización aterradora de las cifras después de todo lo que hemos vivido en la pandemia.

Es urgente que esta sociedad donde vivimos, deje de ver el salvarse solo como una obligación, un deber, ya basta de verlo como un acto heroico cuando debería ser un acto de humanismo, y por ello, es que se vale no poder hacerlo solo, se puede y se debe pedir ayuda, se vale gritar, se vale decir no puedo ¡ayúdame! se trata de salvarnos juntos, para salvarnos todos, no nos dejemos solos, hoy como nunca, nos necesitamos los unos a los otros para pelear contra la ansiedad, el estrés, la depresión y la angustia, nos necesitamos para salir de ese callejón oscuro cuando sin darnos cuenta lleguemos a el.

Nos necesitamos, no te calles, no nos callemos, normalicemos gritar auxilio, normalicemos pedir ayuda, normalicemos salvarnos a nosotros mismos.
Dedicado a todos los que iluminaron mi callejón cuando no podía, ni quería seguir, no hay día que no disfrute un atardecer pensando que lo hago gracias a ustedes, familia, hermanos, amigos y desconocidos. 

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