Actos de Poder
Twitter: @Fercoca
Desde hace unas semanas en las redes sociales aparecen algunos personajes, unos reales, otros ficticios, que aseguran que se han arrepentido de haber votado por Andrés Manuel López Obrador.
Muchos de ellos se dicen inconformes con decisiones que no comparten y que “eso (lo que hace el mandatario) no es por lo que votamos”.
A la par de ese acto de contrición -me arrepiento de todos mis pecados y los aborrezco- circula también una pregunta de quienes no votaron por AMLO ¿Ya se arrepintieron de haber votado por él? Cuando la respuesta es NO, su primera frase es “al tiempo”.
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Como millones de mexicanos, yo voté por López Obrador. Y mi voto no solo se limitó al sufragio, a cruzar la boleta, sino que fui de los miles de mexicanos que fue de casa en casa a tratar de convencer de que la mejor opción para sacudir a México de la corrupción, era desterrar a los que, desde el PAN y el PRI, usaron el poder para enriquecerse y hundir al país en la miseria y la desigualdad, era López Obrador.
Como a muchos, no me gustan muchas de las medidas tomadas por el presidente como la cancelación de los recursos para los refugios de mujeres que padecen violencia y a las estancias infantiles. Tampoco me agrada el manejo que, desde la Secretaria de Energía, privilegia energías sucias a las limpias, o que las Fuerzas Armadas sigan en las calles en tareas de seguridad.
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Y no estar en desacuerdo con esas y otras medidas me convierte en desleal al Proyecto Alternativo de Nación que construimos junto al hoy presidente.
El movimiento para regenerar la República implica, en primera instancia, un ejercicio de autocrítica de lo que se está haciendo desde el Ejecutivo y el Legislativo.
Esa campaña de ¿Ya te arrepentiste de haber votado por AMLO? Es como aquella en la que decíamos “A mí no me culpes, yo no voté por el PAN” cuando la corrupción y la muerte se adueñaron, en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, del territorio nacional. Y son los seguidores de ambos los que más preguntan si uno ya se arrepintió.
Nada más hay que recordarles a esos preguntones que de arrepentidos está lleno el cielo… y el infierno también.
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La Letrina. Los ataques de los conservadores de la izquierda están enfilados en contra de Carmen Aristegui. Hoy, la periodista padece la irracional furia de quienes ayer la ensalzaban. Lo mismo le sucedió hace unos meses a Vítor Trujillo, Brozo. A ambos los quieren quemar en leña verde aquellos que ayer les aplaudían su entereza para dar a cara al poder. Aristegui y Brozo dicen lo que sentimos, afirmaban los opositores a Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto. Pero es este momento, que Víctor y Carmen hagan su trabajo, como lo han hecho toda su vida profesional, es “alta traición”.
Cosas de la vida, los “conservadores” de la izquierda y los “liberales” de la derecha se confunden cuando su odio y su falta de argumentos los hacen idénticos como si fueran siameses.