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La mayoría de los ciudadanos esperábamos un 2020 de cambios y prosperidad. Sin embargo, por diversas circunstancias por las cuales estamos transcurriendo no ha sido posible, sino todo lo contrario. Nunca imaginamos que una pandemia traería consigo diversas crisis en el mundo que afectaran de forma pronta, gradual y continua. Esta etapa de la humanidad tiene dos vertientes reflexivos. La primera, nuestra existencia en el planeta y; la segunda, sobre los cambios que tendremos que poner en marcha urgentemente.

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¿A qué nos enfrentamos?

1) A la crisis sanitaria que nos ha puesto en resguardo en nuestros hogares por falta de atención y previsión de algunas autoridades y la necedad de miles de personas que, por ignorancia, omiten las advertencias que manifiestas los titulares de las instituciones de salud y seguridad nacional. Ante esta situación se han agravado más el contagio en nuestro país. Por lo que será necesario asumir consecuencias y tomar las medidas correspondientes para evitar algo mucho peor.

2) Debido a la contingencia sanitaria se produjo una desaceleración económica en todo el mundo. Sus efectos negativos son graduales y los más perjudicados son los países en desarrollo por la falta de resistencia económica y la baja productividad que registran. En el caso de México sucede lo mismo y, adicionalmente, crece el desempleo, la confianza en inversiones y últimamente el desplome del precio del petróleo que es un tema global.

3) Las secuelas que están generando las dos anteriores, ya que son dos problemáticas que no acabarán en unos meses ni mucho menos en este año. Deberíamos considerar los diversos factores de estos dos elementos para comenzar a plantear estrategias globales para reducir el impacto negativo en un futuro.

Las señales

Desde el mes de febrero se han estado anunciando por diversos medios de comunicación algunos riesgos económicos derivados de la “guerra por el petróleo”. Por lo que a su vez, se han generado consecuencias por falta de acuerdos que no se llevaron a cabo en un principio. La participación de México en la OPEP+ causó polémica global por la insistencia de no reducir su producción de barriles con motivo de defender la “soberanía nacional”; la realidad es que esto esta decisión fue fatal. Hace unos días se anunció que el crudo mexicano llegó a valer -2.37 dólares por barril, es decir, no valía nada en el mercado. Así es, la falta de visión y congruencia afecta más allá de un precio, perjudica a la economía familiar de un país entero.

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Reflexión

Posiblemente se pensará que en estos momentos hay diversos temas que se deben atender de forma particular, pero no es así. Todo está ligado de forma directa o indirecta, que si no se toma una decisión con responsabilidad, las consecuencias pueden ser negativamente mayores en otros sectores. Quién hubiese pensado que a causa de una situación en materia de salud tuviese afectaciones en el sistema económico y social en todo el mundo.

“Lo malo” (por mencionarlo sin restarle la importancia que amerita) no es lo que estamos enfrentando (las crisis), sino la ignorancia de muchas personas que no creen que exista el Covid-19 ni los enfermos ni muertos que ha generado este virus. La estupidez ideológica que es una mentira del gobierno para subir impuestos, tenernos controlados o una guerra económica entre Estados Unidos y China, y que nuestro gobierno se aprovecha para obtener ganancias, esto es totalmente falso. Como lo comenté en dos artículos anteriores, considero, a reserva y respeto de otras opiniones, que es un conjunto aspectos religiosos, naturales y económicos (gubernamentales). La verdad saldrá a la luz en su momento oportuno.

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