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Comienza el encierro para muchos provocado por la incertidumbre generada por el Covid-19 o coronavirus. Lo único cierto es lo incierto de este momento. La incertidumbre sobre lo que puede pasar y sobre los alcances de esta pandemia nos genera más dudas que certezas.

Por más que nuestro presidente se sienta protegido por fuerzas divinas superiores y siga estrechando manos y besando niños con el escudo que le otorga su “fuerza moral”, los mexicanos nos encontramos llenos de dudas sobre la mejor forma de actuar frente a la amenaza real del coronavirus.

Quizás en estos momentos ya se haya decretado la emergencia nacional ante este fenómeno, pero nos surgen las dudas en torno a la verdadera capacidad de nuestro sistema de salud para hacer frente a una crisis de esta naturaleza. Más aun cuando nuestras máximas autoridades no han salido con información científica suficiente para proyectar escenarios que nos permitan tomar acción frente al Covid-19.

La incertidumbre se esparce más rápido que el propio virus. Los mercados financieros, que siempre buscan adelantarse a cualquier situación incierta, han caído a niveles sin precedente. Sin embargo, para diversos especialistas lo peor está por venir en la forma de una recesión económica mundial.

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La incertidumbre sobre lo que pueda pasar con la economía mexicana comienza a generar temor entre las pequeñas y medianas empresas, sector que pagará un costo muy alto en esta difícil coyuntura. Y los temores sobre el futuro se acrecientan porque las autoridades financieras del país no están tomando acciones para proteger al segmento Pyme en medio de la tormenta. Ya es tarde para lanzarles un salvavidas, y el recuento de los daños nos permitirá medir la dimensión de la crisis.

Los seres humanos tendemos a sacar lo mejor y lo peor

Los seres humanos tendemos a sacar lo mejor y lo peor de nosotros en situaciones de crisis. Lo cierto es que la gran mayoría de las personas no está preparada para actuar con buen juicio en este tipo de situaciones.

La falta de información clara de parte del gobierno ha sido evidente. Y esto no ayuda a los ciudadanos a tomar las mejores decisiones.

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Y los vacíos se llenan con desinformación, rumores y temores de lo que está pasando en otros países que se encuentran afectados por el Covid-19. El miedo empuja a la gente a actuar en forma precipitada, pero hay otros que, siguiendo la divina palabra de su “gran líder”, consideran que todo es una patraña orquestada por el Prian para afectar a AMLO y a su gobierno.

La incertidumbre tiene cara de compras de pánico. Tiene cara de recortes de personal y de cierres de empresas. La incertidumbre se transforma en miedo y en parálisis.

Pero lo peor de todo es que no nos damos cuenta que la incertidumbre se puede ir diluyendo si todos actuamos de manera responsable. En lo individual, siguiendo las reglas de higiene personal para evitar la propagación del virus.

En lo colectivo, siendo responsables al no acudir a lugares o eventos con gente que pudiera estar enferma y respetando las restricciones que día con día serán más duras.

¿Cuánto durará esta crisis? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que en nosotros está actuar en forma responsable para no convertirnos en parte del problema, pero si en parte de la solución.

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