Twitter: @HigueraB
El día después es una medida muy difícil de cuantificar, en especial cuando se busca lograr cambios profundos en la sociedad y la cultura.
Uno de eso días fue el 10 de marzo pasado.
Las mujeres nos dieron una lección a tod@s los que quisimos verla. La violencia, el machismo, la discriminación y la falta de derechos plenos es algo que ya no se puede ni debe soportar.
Justo en ese día, el día después de la ausencia en la sociedad y la vida de mujeres, me tocó toparme de frente con una imagen en el espejo que me costo trabajo masticar y tragar. Pero al final quedé muy agradecido.
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Esto ocurrió cuando acepté la invitación de Jaina Pereyra, directora general de Discurseros, para asistir a un conversatorio sobre feminismo, la marcha del 8 de marzo y el paro del día siguiente. No tenía idea dónde me había metido con esta invitación.
El escenario fue el ITAM y las protagonistas eran las autodenominadas “Furias”, nombre inspirado en un cuadro de 1862 pintado por Adolphe William Bouguereau. Cuando lo mencionó la anfitriona, Denise Dresser, debí entender la señal pero yo, incauto, permanecí sentado comodamente para escuchar a las mujeres de esa cofradía hablar y hacerme pensar.
Un gran día de sororidad, feminismo, conversación y amistad en el @ITAM_mx
Gracias a “Las Furias”, a las alumnas/profesoras, @CuartaOla, Dani Rancaño. Pero especialmente a @sofiacharvel quien todo lo hace posible y todo lo embellece. Se les quiere, se les admira. ??? pic.twitter.com/8JAanQrw4Y
— Denise Dresser (@DeniseDresserG) March 11, 2020
Y vaya que hablaron.
Mencionaron muchos temas entrelazados, desde el avance legal y transformación de los feminismos, la crisis de la violencia de género género que se vive en México y el mundo, el papel de las mujeres en gabinetes y puestos de poder, el papel de los hombres ante la transformación que atestiguamos y sobre todo se habló de violencia. Se habló de mucha violencia.
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Violencia que va desde el silbido en la calle hasta el descuartizamiento de las mujeres; violencia que proviene de la indiferencia del sistema de justicia ante la muerte de las mujeres “por que se lo buscaron”; violencia de los hombres que buscamos acallar a las mujeres en nuestros sitios de trabajo y en la vida misma; violencia en forma de dar por hecho que a ellas les toca cuidar de la familia y el hogar, además de perseguir sus sueños y metas; violencia exacerbada contra las mujeres con discapacidad que son aún mas vulnerables que la mayoría de su género.
Ya sé que no escuché nada completamente nuevo, eso lo hemos leído y visto en muchas partes, pero casi nunca los testimonios son de viva voz.
Los hombres muchas veces nos conformamos con decir, bien, está bien su lucha y seguimos de frente. Al fin y al cabo ellas se las arreglarán solas, ¿no?
Sin embargo, la mayor violencia que percibí en mas de dos horas de evento no provenía de lo que se decían en el escenario, ni de los cantos y gritos con los que las itamitas cerraron el evento, tampoco de los ejemplos #ComoHombres que se leyeron (algunos que me soprendieron y dolieron). La peor violencia la sentí encerrada en la voces de cada una de la ponentes que a pesar de ser mujeres empoderadas, exitosas y brillantes hablaban de discriminación a lo largo de su vida y de como habían sorteado y sorteaban las agresiones día a día. La violencia que nosotros, hombres y sociedad, habíamos depositado en sus voces fue la protagonista.
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Eso fue lo duro, lo más violento. Percibir con el estómago y el pecho lo que ya tenía en la cabeza en forma de datos y estadísticas, de letras y gráficas. La violencia que nosotros hemos ejercido sin ningún escrúpulo ni reparación para ellas.
Por esto le estoy agradecido a Jaina y a cada una de sus amigas Furias, por ponerme a pensar seriamente si el reflejo del espejo es inmutable o si de verdad mi derecha es su izquierda y podemos cambiar lugares.
Las Furias, que encarnan a las mujeres furiosas y hartas con justicia de todo México, son grandes maestras.
Solo falta que queramos escucharlas y no tratar de arrebatar la voz . Al final entendí que el día después es hoy mañana y siempre, no lo olvidemos.