Twitter: @marisahurtadom

A ti, el apático, aquél que más que un ciudadano cívico, eres un simple habitante, aquél que nunca contribuye a solucionar un problema de su comunidad, pero que seguramente ya publicó su queja en redes sociales sobre el coronavirus, la ola de violencia que azota nuestro país, el desabasto de medicinas y la situación económica de México; aquél que piensa de una manera, pero actúa de otra, te invito a hacer una reflexión.

Tuvimos un arranque de año bastante complicado, caracterizado por el desgaste de la democracia en todo el mundo, aunado a los problemas que aquejan a nuestra nación. Dichos contextos han demostrado lo que el hablar, pero no proceder, y el no informarse, pueden hacer.

Te puede interesar: Desabasto de medicinas para niños con cáncer: punto por punto

No hagas lo mismo

A pesar de que seguramente has llegado a un punto en el que exteriorizas tus quejas en tu casa o en las de tus amigos, en bares y lugares de trabajo, pero nunca en una sede judicial, medios de comunicación y mucho menos en las urnas, nunca es tarde para hacer un cambio y evitar que se mantenga el estatus quo.

Avergüénzate, como todos deberíamos, de practicar el arte del silencio, el haber callado cada vez que has visto, oído y/o leído que un político ha cometido un caso de corrupción, toda vez que te has percatado de la cantidad de dinero chueco que se mueve en el país, cualquier escenario de violencia o discriminación que no has denunciado.

La indignación no es suficiente, y hablar las cosas y lamentarse sin hacer nada al respecto no arregla la realidad que enfrentamos.

Hay que ir mucho más allá. Tú, apático, al igual que yo, necesitamos dejar de pensar que la participación en la vida política, económica y social de México es un privilegio que sólo algunos se pueden dar, y recordar que la indiferencia es la mayor causa de que hayamos perdido la capacidad crítica, y que cada vez hagamos menos esfuerzo por generar un cambio.

También te puede interesar: Superdelegado Carlos Lomelí, vinculado a red de medicinas a sobreprecio

Dejemos de ser sólo habitantes de este país, para transformarnos en ciudadanos plenos, informados y responsables, aquéllos que conocen sus derechos y obligaciones, quienes buscan las maneras de cumplir con sus expectativas, y que exigen de sus representantes el gobierno que quieren. Hagamos nuestro el hecho de conseguir una democracia plena e integrada, en lugar de dedicarnos a esperar que sean otros quienes participen y encuentren las soluciones.

Podrías leer: Familia rechaza viajar con AMLO porque temen por su seguridad