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Desde mediados del 2019, miles de mujeres han salido a las calles de las principales ciudades del país, en forma destacada en la Ciudad de México, con el fin de exigir justicia y un alto a la violencia de género.

La presión del movimiento feminista en la Ciudad de México ya logró que el gobierno de Claudia Sheinbaum emitiera una Alerta de Violencia contra la Mujer.

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Pero no solo eso. Las movilizaciones recurrentes han logrado poner contra la pared al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, algo que ningún grupo o partido opositor había logrado desde que inicio el gobierno de la 4T.

Han sido las mujeres las que se han adueñado del debate nacional por la terrible violencia de la que son víctimas. Los casos más recientes de la pequeña Fátima de 7 años, Ingrid Escamilla, Abril Pérez Sagaón, y muchas más, le han arrebatado la agenda mediática al presidente y han puesto la epidemia de feminicidios en el centro de la atención nacional e internacional.

El gobierno de la 4T y sus aliados no han sabido cómo reaccionar ante los indignados y justos reclamos. Por el contrario, han hecho gala de torpeza y falta de absoluta sensibilidad frente a la crisis desatada por los crímenes que han sacudido la conciencia nacional.

Las cifras hablan por sí mismas. Los feminicidios en México aumentaron un 104 por ciento en los últimos tres años, con un total de 2,560 casos.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en 2015 se registraron 422 asesinatos de mujeres por razones de género, mientras que en 2018 la cifra ascendió a 861.

Los estados que concentraron la mayor cantidad de feminicidios en el año 2019 son cinco: Estado de México, Veracruz, Nuevo León, Chihuahua y Sinaloa.

La epidemia feminicida que vive México ha motivado fuertes críticas en el extranjero. El pasado 17 de febrero, el diario español El País, publicó un crítico editorial titulado López Obrador y los feminicidios, que retrata la falta de empatía del actual gobierno con el tema de la violencia contra las mujeres.

El siguiente párrafo es devastador: “La violencia de género en México es un problema de tal magnitud que necesita una estrategia integral con carácter urgente. Un promedio de diez mujeres muertas al día y un 90% de casos impunes son unas cifras tan espeluznantes que el Gobierno debe reaccionar de inmediato con medidas efectivas que atajen esta sangría. Pero el presidente del Gobierno se limita a expresar su deseo de que se reduzca la violencia y que no se agreda a las mujeres”.

El editorial agrega: “El clamor de los ciudadanos pidiendo al Gobierno que actúe es abrumador. Frente a ello, todo lo que ha ofrecido en las últimas conferencias matutinas el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido un catálogo de ignorancia sobre la violencia de género, un asunto harto estudiado y donde es fácil fijarse en la experiencia de otros países más avanzados en esta materia”.

Lo cierto es que la crisis que vive México por los crímenes de género ha rebasado la capacidad y el entendimiento del gobierno y lo han puesto contra la pared. La profundidad de esta crisis que sacude conciencias y tiende a convertirse en un movimiento de carácter nacional que ponga un ¡Ya Basta! a los feminicidios.