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México es famoso por sus tradiciones y su arraigo. A los mexicanos nos gusta decir “esto es nuestro”, “esto es muy [ciudad/pueblo que gusten]”, “esto es mexicano”. Cada ciudad y cada pueblo tiene “lo suyo” y, quien vive o es de ahí, se vanagloria al hablar de ello o se emociona al escuchar de él. Nos gusta saber que pertenecemos a algo y eso nos pertenece.
Así, cada lugar tiene sus iconos: algún templo, un museo, alguna zona turística, un monumento o algo que lo distinga. Los barrios, por ejemplo, se deleitan y enorgullecen de sus fiestas patronales, sus fechas conmemorativas, así como de emblemas que los diferencian de los demás.
Querétaro es un estado con una gran diversidad cultural a pesar de lo pequeño que es en comparación con otros. Ahí, en su capital, nos encontramos con un barrio cuya historia es extraordinaria, el famoso barrio de Hércules. A diferencia de muchos otros, el barrio de Hércules nace a raíz de la instalación de la fábrica de textiles del mismo nombre en el año de 1840. Cuenta la historia que en este barrio vivió la mismísima hija de Conín (el fundador de Querétaro) y que con ella inició el desarrollo del lugar. Sin embargo, es en 1840 cuando Don Cayetano Rubio instala esta fábrica, logrando con ello ser el primer industrial del estado. Textiles Hércules fue tan importante que sus trabajadores comenzaron a poblar la zona, dando origen a este icónico barrio.
Hoy, después de casi siglo y medio de su fundación, la textilera ha cerrado sus puertas. Sin embargo, el espacio de la nave que la albergaba sigue siendo un lugar de reunión y placer para locales y foráneos que buscan pasar un buen rato a lado de una buena cerveza. Así es como encontramos el famoso Jardín de Cerveza Hércules.
Un amplio patio lleno de mesas para compartir, conservando la naturalidad del acabado de la nave así como tuberías y fosas, es el espacio que el Jardín de Cervezas ha establecido para recibir a sus comensales. Con zonas para conciertos, cine y actividades infantiles, el Jardín es apto para todas las edades y gustos.
He asistido en varias ocasiones y la experiencia siempre ha sido buena. Un servicio amable y casual es el que encontrarán aquí. De este lugar, les comparto dos cosas que son imperdibles:
Carta de cervezas. Jardín de Cervezas Hércules se caracteriza por tener una de las opciones más completas de cervezas a nivel nacional. Obscuras, claras, intensas, dulces, nacionales, importadas, ligeras, fuertes… cualquier característica que uno busque puede ser satisfecha en este lugar. Mis favoritas siempre son las Stouts, pero no descarto de vez en vez aventurarme con alguna sugerencia del mesero respecto de novedades que hayan arribado recientemente.
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Empieza la semana y hoy la tarde está para compartir una Lanzallamas.
Pizzas. Si bien la carta cuenta con varias opciones culinarias, definitivamente su fuerte son las pizzas de horno. Delgaditas, crujientes y con ingredientes de primera, las pizzas que ofrece el Jardín me han dejado con una sonrisa en la boca y una barriga mucho mayor de la que acostumbro tener. Mis favoritas, la de Peperoni y la de Fungi (esta última es espectacular).
Además de los alimentos, el Jardín cuenta con un par de pequeños espacios comerciales donde productores locales, en su mayoría orgánicos, ofrecen diversos bienes como jabones, tés, etc.
Un buen detalle que tiene la Cervecería Hércules con los queretanos es que, cada año, en la celebración del maratón del Estado, regalan cerveza en el 40km para motivar a terminar el reto. Definitivamente un gran gesto que hay que aplaudir.
Sin más mis queridos amantes del buen comer®, los invito a visitar este lugar lleno de historia a disfrutar de una rica tarde o velada en compañía de amigos o familiares. Créanme que la experiencia habrá valido la pena.
¡Buen Provecho!
Amante del Buen Comer®