Twitter: @DianaSanchezBar
Ayer se escribió un nuevo capítulo en la historia de la lucha del comercio popular en la Ciudad de México.
El 04 de febrero, las y los comerciantes del espacio público y las personas no asalariadas ganamos otra batalla histórica organizándonos como nunca; esta vez logramos que el Congreso de la Ciudad de México reconociera a la iniciativa ciudadana de Ley Chambeando Ando, como base para crear una la Ley que regulará el comercio en la vía pública y el trabajo no asalariado en la capital.
Esta no ha sido una batalla fácil; es el trabajo de más de un año en el que primero, líderes y lideresas de comerciantes nos pusimos de acuerdo en la necesidad y urgencia de tener un marco regulatorio, segundo, en el que ubicamos los mecanismos que nos ofrece la Ley de Participación Ciudadana y tercero, en el que arrastramos el lápiz junto con especialistas en distintas materias, para presentar una iniciativa garantista de los derechos humanos.
En septiembre, el día que inició el periodo ordinario de sesiones pasado, presentamos la primera iniciativa ciudadana de ley, popularmente conocida como “Chambeando Ando” ante el Pleno del Congreso local, misma que contó con el respaldo de 45 mil 470 firmas ciudadanas.
En un ejercicio de participación ciudadana, fuimos los propios comerciantes del espacio público quienes nos pusimos de acuerdo para exigirle a los Diputados locales un marco jurídico que dote de obligaciones y derechos a los comerciantes populares y a los trabajadores no asalariados.
La Iniciativa Ciudadana de Ley Chambeando Ando, busca garantizar el derecho al trabajo y por lo tanto, la subsistencia de quienes, ante la falta de oportunidades y la discriminación que sufrimos en el sector formal, hemos decidido encontrar en el comercio popular una forma de conseguir el sustento para llevar a nuestros hogares.
Sin embargo, nuestros diputados locales decidieron ignorar el hecho de que nuestra iniciativa debió haber sido presentada y votada antes de que terminara el periodo ordinario anterior, o sea, el 15 de diciembre pasado.
De esta forma, las y los diputados debieron discutir y votar completa y sin mayor trámite la Ley Chambeando Ando, como primer asunto de la primera sesión del nuevo periodo ordinario de sesiones, tal y como lo ordenan el artículo 9 del Reglamento del Congreso y el 111 de la Ley Orgánica del Congreso local.
Históricamente, las personas que nos auto empleamos en el espacio público hemos sido utilizadas como motín económico y electoral de los distintos gobiernos, por lo que entendemos que a muchos grupos políticos no les conviene regular esta actividad y que, por lo tanto, prefieren seguir reprimiéndonos y dándonos excusas antes de ofrecernos una solución de raíz a esta situación.
Las y los comerciantes del espacio público les pedimos: ¡orden sí, criminalización no! a nuestros diputados locales y a la Jefa de Gobierno.
Ayer, logramos evitar que los diputados locales construyeran un Frankhenstein de otras siete iniciativas que en ningún momento tomaron en cuenta la opinión de quienes ejercemos el trabajo en la vía pública.
Desde que decidimos iniciar con esta lucha sabíamos que no sería fácil, pero dimos la batalla por el orden sin la criminalización. Nos organizamos para tener una ley que proteja el derecho humano al trabajo y hoy, por fin, parece que la lucha histórica de miles de familias se verá cristalizada en una ley garantista del trabajo en el espacio público.
Hoy parece que los legisladores del Congreso por fin saldarán la deuda histórica hacia nuestro sector, dando paso a una nueva historia que buscará redignificar el trabajo de quienes hemos sido excluidos e invisibilizados de manera sistemática.
Como comerciantes, tenemos la esperanza de que este nuevo marco jurídico que comenzará a escribirse en esta legislatura, sea un marco jurídico justo para todos. Un marco jurídico que inicie la reconciliación de los vecinos con los comerciantes y las autoridades.
Los comerciantes del espacio público no somos el enemigo. Estamos impulsando un nuevo modelo de comercio popular para que gane la ciudad.