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El año 2019 se situó como el año mas violento en la historia reciente de nuestro país. En México se registraron 34,582 asesinatos, según datos del Secretariado Ejecutivo, esto representó una tasa de homicidios de 27 por cada 100,000 habitantes. Los indicies de inseguridad se dispararon y la seguridad es la preocupación más importante para los habitantes en nuestro país.

La estrategia de seguridad no ha sido clara, el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo señaló que el año 2020 será definitivo en materia de seguridad, recientemente dijo que este año es definitivo para regresar la paz y tranquilidad a nuestro país, sin embargo aceptó que los resultados no han sido los mejores.

La seguridad no se puede combatir con buena voluntad.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido que su política de “abrazos y no balazos”, en argumentar sus propios datos y en mantener el discurso de que la inseguridad ha venido a la baja. El problema para él es que los propios datos del gobierno dicen lo contrario.

Según InSight Crime la violencia en nuestro país sigue focalizada principalmente en cinco estados, los ubicados en Tierra Caliente que abarcan regiones de Michoacán, Guerrero y Estado de México, también en Baja California y en la Ciudad de México, en este último aumentó de forma significativa la extorsión.


El gobierno de México anunció un aumento del gasto hacia la seguridad nacional, así como un incremento en los reclutas para la Guardia Nacional. Sin embargo, no solamente con recursos o con discursos es como se enfrentará al crimen organizado. Hoy, instalados en el segundo año de gobierno no tenemos conocimiento de cuál es la estrategia que pretende implementar el Gobierno Federal.

Las crisis de seguridad que vive el país no se puede negar.

En comunicación el gobirerno debería estar enfocado en mitigar esa crisis, los mensajes son poco y confusos. En vez de ello, el mandatario prefiere hablar de otros temas, frivolizar y dedicar parte de su tiempo a la venta del avión presidencial.

Sería preferible que la comunicación se enfocara en lo realmente importante, hoy se debería hablar sobre las estrategias de seguridad y no sobre los cachitos de la loteria. Sin embargo, parece que la decisión esta tomada y López Obrador se siente mas cómodo hablando del premio mayor que de los 35 mil ejecutados en su primer año de gobierno.