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A lo largo de la historia de la humanidad son innumerables las muestras de la vinculación que existe en el empleo de cannabis y las actividades artísticas de diversas índoles. Son vastos los músicos, pintores, actores y filósofos han empleado dicha sustancia en sus procesos creativos.

Aunque en la actualidad son mayores son los datos que demuestran el uso de cannabis como incentivo creativo, data del siglo XVI, la localización de varias pipas con restos de cannabis en la casa del célebre dramaturgo William Shakespeare y se han localizado diversos sonetos que hacen referencia al consumo por parte del maestro inglés, de acuerdo a un estudio publicado por la ASSAF (The Academy of Science of South Africa).

En el siglo XIX encontramos innumerables casos dentro del contexto artístico bohemio que imperaba en la Europa Occidental, tal es el caso de Charlies Pierre Baudelaire, ensayista, poeta, crítico de arte, y traductor francés, quien admitió en innumerables ocasiones el consumo de cannabis.

En el siglo XX encontramos ejemplos, como el famoso escritor y poeta Henry Charles Bukowski, quien era un habitual consumidor de marihuana, dejando cuenta de ello en su obra, o el de Carl Edward Sagan, quien incluso, encabezo diversos movimientos en pro de la legalización del cannabis y ha dejado frases para la posteridad como la siguiente:

Que el cannabis sea ilegal es realmente increíble, el completo impedimento de utilizar en su totalidad algo que te ayuda a producir una profunda serenidad, sensibilidad y fraternidad tan desesperadamente necesitada en este loco y peligroso mundo.

El concepto creatividad se refiere a la capacidad de una persona para producir, crear e innovar. De acuerdo a la concepción del científico judío-alemán Albert Einstein:

La creatividad es la habilidad de relacionar y conectar ideas, el sustrato de uso creativo de la mente en cualquier disciplina.

Por sus efectos, el THC en el cuerpo humano se considera  relajante, estimulante,  o sedante, es el hecho por el cual,  la mayoría de personas que consumen cannabis psicoactivo experimentan una alternación de sus percepciones y en sus procesos de pensamiento, por ende el cannabis tiene una larga historia como complemento para la inspiración en el arte.

El profesor Jörg Fachner, del Instituto de Terapia Musical de la Universidad de Witten, realizó un estudio en el que analizó los cambios que se producían en el cerebro antes, durante y después de escuchar música con el consumo de marihuana, los resultados demostraron que el THC del cannabis tiene un efecto directo en cómo el cerebro asimila la música, por lo que su influencia se deja ver tanto en el músico como en el receptor; pues la sensibilidad se agudiza para percibir mejor los matices, las tonalidades y los pequeños detalles sonoros.

Se dice que los movimientos musicales importantes como el jazz del siglo XX están estrechamente ligados a la marihuana. Son innumerables los músicos que han experimentado sensaciones cannabicas en el proceso creativo de su obra y quizá, aunque de una manera no determinante, este ha sido un factor para inmortalizar algunas canciones de diferentes géneros, por lo que cierro citando una de las más emblemáticas a mi gusto Sweet Leaf, de Black Sabbath (1971), en la que la desquiciada voz de Ozzy Osbourne agradece a esta “dulce hoja”:

Tú me presentaste a mi mente, mi vida estaba vacía hasta que te conocí.