Twitter: @adelbuencomer
Soy hidalguense por tradición. A pesar de haber nacido en la CDMX, mis padres decidieron seguir la práctica familiar y registrarme en una de las cuatro huastecas, por lo que a pesar de ser más chilanga que las tortas de tamal, soy legalmente de Hidalgo. Esto, y que mucha de mi familia sigue en el Estado, hace que con frecuencia lo visite, y si bien cuando más joven no era yo quien tomaba las decisiones de las actividades, hoy la dinámica familiar abre espacio para proponer. Así es como hace algunos días, mi chefcita y yo sugerimos visitar una de las propuestas gastronómicas más connotadas de la Bella Airosa, el restaurante Sotero del chef Aquiles Chávez.
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Aquiles Chávez es uno de los chefs que más admiro, por su originalidad, mexicanidad y por supuesto, por su excelente cocina.
Conocido nacional e internacionalmente por su peculiar personalidad, sus excéntricos bigotes y su carisma, Aquiles ha sabido posicionar a la cocina mexicana en cada oportunidad que se presenta ante él, ya sea en un nuevo restaurante, en un programa de televisión o en algún artículo o entrevista. Su pasión por la cocina se refleja en sus platos y en el sabor de ellos, así como en labores altruistas como aquella que desarrollo durante el terremoto de la CDMX de 2017. Aunado a ello, he tenido la oportunidad de conocer otra de sus propuestas, la Fishería en Playa del Carmen, y créanme que vale toda la pena.
Para poder tener una mesa en Sotero se sugiere reservar con un par de días de anticipación ya que la demanda es alta (en ocasiones previas quisimos asistir y no nos fue posible por esta razón). Una vez ahí, la calidez se siente desde que uno entra al lugar. El personal es muy amable y servicial, atento a las peticiones y comentarios de los comensales y listos para contestar las preguntas sobre los platillos hidalguenses que deleitan la carta.
Ese día pudimos platicar con Aquiles y, como siempre, sencillo y abierto, escuchó con atención a mi papá que, conocedor de ingredientes huastecos gracias a la abuela y tías, le compartió información. Incluso, su apertura fue tal, que llamó a la persona de su equipo encargada del tema de nuevos ingredientes y hojas para que tomara nota de ello. Sin duda un gesto de apertura, amabilidad y gentileza.
En esa ocasión abrimos apetito con un mini paste cortesía de la casa. Pequeñito pero albergando todo el sabor del tradicional platillo hidalguense de influencia británica, el pastecito de papa encaminó a un espectacular festín. Posteriormente, un delicioso y esponjocito pan de la casa acompañado de mantequilla y salsa picosita fue devorado en cuanto llegó a la mesa.
Mi primer plato fue una exquisita ensalada de verdes de temporada con queso de cabra de Tulancingo, aderezo de jocoque y lavanda y granola. Les prometo que cada bocado era un lujo de frescor y armonía en el paladar, tan así que pensé que no la terminaría por el tamaño y sin embargo dejé el plato vacío. Vale toda la pena pedirla.
El plato fuerte también fue un deleite, carnero tatemado con piña tepache, puré de zanahorias y papas al romero. El mesero nos explicó que en Sotero todas las carnes animales son desmenuzadas y hechas bloque para generar una experiencia mucho más auténtica de sabor ¡Y vaya que se logra el objetivo! Tierna, suave y jugosa, la carne en combinación con el puré y sus dignos acompañantes lograron un festín.
El postre no fue la excepción a las delicias previas. Un camote cheese cake con helado de lechera chiquita® cerró la comilona con broche de oro y agradable dulzor. Ni empalagoso ni simple, simplemente en su punto.
Así pues, queridos amantes del buen comer®, no dejen pasar la oportunidad de levantar el tenedor en uno de los 120 mejores restaurantes de México, según la Guía México Gastronómico 2020, disfrutar de la comida hidalguense con un ambiente relajado, cocineros enfocados en satisfacer al comensal y un líder que motiva a seguir consumiendo local, fresco y amable con el ambiente.
¡Buen Provecho!
Amante del Buen Comer®