Twitter: @AlfiePingtajo

¿Cuándo se pudrió la cosa?, se preguntan algunos ante la noticia más triste y alarmante que se ha dado en los últimos días en México: un niño en Torreón mata a su maestra, hiere a unos compañeros y se termina suicidando.

Todos, como se acostumbra en México, tienen una opinión precisa y fundamentada que dar. Todos son expertos en psicología y educación o en enfermedades como la ansiedad y la depresión.

Todos han tenido la capacidad de juzgar al niño y a su familia, pues en México el enfermo, el que está mal siempre es el otro y nunca uno.

En cambio, los que sí estaban obligados a salir y emitir algún comunicado sustentado en la ciencia del cerebro y previa a una investigación que ayudará entender el verdadero trasfondo de tan lamentable hecho; salieron a culpar a los videojuegos violentos y no señores, tampoco es culpa de las famosas narco series.

Antes hechos como éste urge trazar nuevas políticas educativas, sociales, laborales, culturales y de salud.

Andrés Manuel López Obrador y todo su gabinete, a través de todas y cada una de las Secretaría Federales que conforman el Gobierno están obligados a sentarse y realmente conocer, analizar y comprender el fenómeno para encontrar las rutas adecuadas para evitar que la violencia siga escalando, pero sobre todo para que ninguna persona vuelva a perder la vida a causa de una severa depresión.

Necesitamos un gobierno que apueste por políticas en pro de una mejor calidad de vida que no sólo tiene que ver con mejorar los ingresos y lograr que el dinero alcance para vivir dignamente. También se necesitan que tanto dependencias gubernamentales como empresas modifiquen sus horarios y así lograr que todos tengan tiempo para el esparcimiento, la convivencia en familia.

A México le urge que los padres vuelvan a tener tiempo para conocer y educar a sus hijos.

Y los padres también tendrán que virar su óptica con la que educan a sus hijos. Ya acabemos con los sistemas educativos que fomentan la competencia, que valoran más una nota alta que la capacidad de comprensión y análisis de un conocimiento adquirido. Necesitamos que los padres comiencen a educar en el amor propio y al otro, en la aceptación de uno y del otro tal y como son, y en la colaboración, el trabajo en equipo.

Necesitamos que gobiernos e iniciativa privada invierta en políticos en pro de la estabilidad mental y emocional; que ir al psicólogo sea parte -casi, casi- de la canasta básica.

Necesitamos autoridades escolares, padres de familia, gobiernos y demás que realmente escuchen a los niños y jóvenes de este país.

México que necesita que, realmente, las autoridades que comandan el rumbo de este país escuchen todas y cada una de las voces que conformamos a México y nos den nuestro lugar, nos valoren y nos demuestren que también contamos.

Necesitamos que las figuras con poder dejen de violentar y comiencen a pacificar.

Nadie es asesinado porqué se lo merecía, nadie se suicida porqué no tenía de otra, nadie es violento porqué se le ocurrió un día, lo vio en la TV o lo escuchó en alguna canción.

Nadie se para cualquier día, mira al clóset y analiza: ¿qué me pondré hoy: depresivo, ansioso, paranoico o efusivo? Es necesario que todos comenzamos a asumir que nuestros comportamientos, nuestras palabras, nuestras acciones y nuestras estúpidas y malditas convenciones sociales afectan y perjudican al otro.

Necesitamos un Gobierno que entienda, en verdad, que es necesario invertir el 100% de su capital político y económico en temas de salud, educación, cultura y deporte.

Un Gobierno sin pueblo sano, culto y feliz; no es un buen Gobierno.