Twitter: @MauricioAceves

El orden internacional ha sido siempre un objeto móvil, en las últimas décadas los cambios en él han aparecido con una velocidad meteórica, lo cual, paradójicamente causa imperceptibilidad en el impacto de muchos sucesos en tiempo real. Como suelo enunciar, la mayor tragedia de las relaciones internacionales es que las verdades que nos importan vienen siempre a medias, y este año promete en convertirse en un punto de quiebre para muchos conflictos.

El 2020 inició con la continuación de la crisis entre Estados Unidos e Irán, pero existe una variedad de complicaciones a lo largo del globo, por ejemplo, la normalización de la manipulación de la información como método de gobernanza o la aparición de nuevas amenazas y riesgos a la seguridad que emergen en un contexto de debilitamiento institucional.

Comparto algunos apuntes sobre algunas preocupaciones que nos acompañan en este inicio de un año, dejando de lado por el momento la tensión entre Estados Unidos e Irán, que merece un zoom especial.

  • Las insurgencias criminales en África y América Latina han despojado al Estado del monopolio de la violencia mediante el soborno o la violencia (los dos leguajes del inframundo criminal), llegando a contar con fuerzas capaces de enfrentar convencionalmente a fuerzas regulares de los propios Estados, desarrollando también capacidades ofensivas por medio del ciberespacio. El fenómeno criminal ha ingresado a una nueva etapa histórica por dos cuestiones vertebrales, 1) el uso de violencias de magnitudes que rivalizan con el terrorismo y 2) por la inclusión tecnológica.
  • Las elecciones en Estados Unidos serán un evento de alta expectativa, la continuidad en la Casa Blanca tendrá implicaciones directas en la seguridad en conflictos subregionales en todo el planeta. La guerra comercial con China está se mantiene a la expectativa en un contexto en el que la economía mundial atraviesa por un momento complicado, las incertidumbres y el debilitamiento de los gobiernos amenazan con complicar la gestión de las problemáticas sistémicas.
  • Los incendios forestales que volvieron cenizas reservas naturales durante 2019, se convirtieron en una vulnerabilidad para la seguridad internacional, las imágenes de incendios en Australia, la región del Amazonas y en África subsahariana que circulan en las redes sociales no dejan de surgir e invocan la necesidad de crear nuevos protocolos de cooperación para la prevención o para la reacción.
  • El desarrollo tecnológico que hizo posible hace unos años el inicio de la era de la información conoce un punto de quiebre con la llegada de la red 5G a algunas de las capitales mundiales, paso que ratificará a las empresas tecnológicas como actores que reconfiguran el sistema internacional, reafirmándose como poderosos alfiles del ajedrez geopolítico.
  • Durante los primeros años del siglo pasado, aún existían sistemas colonialistas, posteriormente en el periodo entre guerras y comenzada la IIGM los países contaban con aliados, durante la guerra fría existían alineaciones o zonas de influencia, pero en el amanecer de este decenio parece que los países prefieren caminar sin compañía.
  • En Latinoamérica ha comenzado una espiral de descontento hacía los gobernantes, de continuar expandiéndose en la siguiente década, la inestabilidad política comprometerá la estabilidad social, sobre todo de los sectores más vulnerables. En este sentido Latinoamérica podría convertirse en el primer gran damnificado del agotamiento del sistema internacional vigente.