Twitter: @LuzJaimes

Respiramos todos juntos. Cerramos los ojos. Vimos muchas cosas que llegaban quién sabe de dónde y se iban al mismo lugar. Recordamos el ruido molesto de los coches, pensamos en nuestra madre e imaginamos qué estaría haciendo nuestro padre.

Sentimos tristeza profunda. Convertimos en un suspiro lloroso la respiración. Culpamos a todos de nuestra desgracia y comprendimos lo que es la ansiedad. La ansiedad es eso que nos visita a todos para protegernos de caer en el abismo.

Imaginamos que éramos felices. Que vivíamos en un campo dorado que acariciaba el viento fresco de la juventud. Que la sonrisa nos vistiaba siempre y se alimentaba de las garras de un gato y las conversaciones con los niños.

Nos abrazamos a nosotros mismos. Lloramos sin usar las lágrimas. Nos dijimos “te quiero” y supimos que los problemas son una mentira. Todo nos lo regaló el silencio.