Twitter: @HadaCosquillas

¿Por qué el mundo se encuentra en tremendo caos? Muchos son los acontecimientos que nos muestran que la humanidad atraviesa una crisis en muchos sentidos. Crisis económica, social, ética, emocional, psíquica. Cada vez son más las personas que conozco que padecen depresión, que sufren ataques de pánico, que están solos o solas porque le ha sido complejo mantener una pareja y sí, tal parece que me estoy describiendo a mí misma, y es que ya somos cada vez más los que nos sentimos como atrapados en un mundo en el que no se ve una solución.

Tal parece que la violencia es el distintivo de los tiempos actuales y la muerte de los venideros.

Y no pretendo ser apocalíptica, pero si no hacemos algo más allá de reconocer el mal, será muy probable que este mundo nos expulse pronto. Lo más absurdo de todo esto; es el origen de tanto caos pues lo que origina que estemos viviendo tanta competencia, violencia, desprecio, diferencia, rechazo, indiferencia y todo lo que ya sabemos es justo la excesiva importancia personal, sentirnos el centro del mundo es el mayor de todos los obstáculos para la felicidad.

Cuando nuestro centro somos nosotros mismos solamente estamos perpetuando el sufrimiento propio y el de los demás pues estamos entregados al ego. Sin embargo, el ego tiene dos caras; la primera es alegre, natural, relajada, flexible, espontánea, se toma la vida con ligereza y apertura, se adapta a los cambios con facilidad y ve potencial en todo y en todos. La segunda cara es disfuncional, obsesiva y neurótica. Es un ego tenso, pesado y aferrado. Su perspectiva del mundo es rígida y estrecha. (Chernicoff, 2019)

Por tanto, esta segunda cara del ego nunca siente satisfacción ni con lo que es ni con lo que tiene ¿les suena parecido? Me atrevo a decir, que muchos nos sentimos de este modo, quizás no todo el tiempo, pero sí de repente sentimos que debemos hacer más, que merecemos más y que necesitamos mucho más. Y pensar de este modo nos lleva a un autocentramiento que nos sumerge a las profundidades del yo no sano; olvidándonos de este modo, de todo el mundo circundante y es así, como caemos en ser parte de una sociedad egoísta, competitiva, materialista y violenta. Y henos aquí a punto de colapsar como sociedad.

Al ser infelices sin darnos cuenta de que lo somos, esto es autoengañarnos por haber cumplido con el check list que la sociedad nos ha impuesto o incluso por no haberlo cumplido, resulta fácil creerse el cuento de que todo va como debe ser. Sin embargo; las estadísticas nos han mostrado lo contrario al decirnos que México es el primer lugar en muertes por estrés, no hace falta ser hermeneuta para concluir que no somos felices. Pero entonces ¿si pensar en mí no me hace feliz qué sí me hace feliz? La doctora Kelly MacGonigal especialista en la Ciencia del Estrés, nos demuestra a través de algunos estudios que se llevaron a cabo en la Universidad de Cambridge que lo que realmente hace feliz al ser humano es ayudar a los demás, buscar la felicidad del otro más que la propia. Y si nos ponemos a pensar por unos minutos ¿Cuándo me siento más feliz, cuando doy un regalo o cuando lo recibo? Si su respuesta es cuando lo recibe, le recomiendo que examine un poco la fase primera del ego y si respondió que cuando lo da es porque en efecto, la ciencia ha demostrado que el ser humano experimenta mayor bienestar generando bienestar.

Ahora bien, habiendo expuesto de modo simple y breve esta teoría ¿de qué modo podríamos empezar a parar con este caos mundial en el que estamos inmersos? Lo primero que me viene en mente es educando, si, educando para que los niños y jóvenes aprendan antes que cualquier materia a generar bienestar y que los que ya estamos adultos pues comencemos con dejar de lado nuestros miedos que son justo los que nos llevan a aferrarnos a un ego enfermo y pensar que somos el centro del mundo por lo poca cosa que realmente nos sentimos. Sé que se lee bastante fuerte, pero en casi todos los casos que me han consultado en asesoría siempre llegamos a los miedos, esos que no sabemos manejarlos y que conforme pasa el tiempo nos vamos poniendo una especie de caparazón denominado ego. Pero finalmente, es porque no nos han enseñado a ver nuestros miedos como herramientas de impulso. Como una especie de pulsión de vida que nos lleva a la acción algo así como lo que nos describe el gran Schopenhauer en su gran obra El mundo como Voluntad y Representación.

En fin, yo tan solo espero que poco a poco vayamos comprendiendo que tal cual como hemos vivido no nos ha llevado a buen puerto; por lo que se hace indispensable, salir de nuestro egoísmo exacerbado y comenzar a ver en qué o en dónde podemos comenzar a darnos y otorgar bienestar a los demás, en verdad no es tan complejo basta tener amor por la vida y voluntad para vivir bien y en paz y ¿quién no desea vivir en paz y con bienestar? Piénsenlo pues como dice un gran maestro que tengo “Todos queremos lo mismo, que es vivir en bienestar” cuando lo piensas de este modo, la empatía y la bondad salen tal cual como son; naturales.