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No cabe duda que 2019 fue un año determinante para el feminismo y uno de los años más violentos en la historia del país que dejaron centenas de feminicidios, en su mayoría impunes. Sin dejar de lado esos atroces actos para los que todavía no tenemos un gobierno preparado para actuar y sobre todo, darnos la seguridad de que no volverá a ocurrir, es necesario hablar de lo que debe y puede traer este nuevo año para el feminismo y la lucha por la igualdad de género.

Empecemos por resaltar que finalmente se están abriendo y nos estamos apropiando de más espacios de discusión y visbilización en todos los ámbitos, apenas este domingo Michelle Williams (actriz ganadora en los Golden Globes) hizo hincapié en la importancia de que como mujeres votemos pensando en lo que queremos para nosotras, como el derecho a elegir sobre nuestros cuerpos, lo cual ha sido impuesto por la mayoría masculina. No se trata de centrar la discusión en el derecho a decidir (está claro que debe ser ley y la lucha se seguirá dando para que sea una realidad), se trata del impacto de las voces femeninas en temas determinantes que nos permitirán transitar hacia un mundo que esté hecho también para nosotras. Un mundo donde podamos decidir sobre nuestro cuerpo, sobre políticas que nos beneficiarán y permitirán aspirar a un piso parejo en donde no nos veamos en desventaja como ha ocurrido por miles de años.

Posicionamientos como el de Michelle, son aplicables para prácticamente todo el mundo, y es que estamos viendo al feminismo en su estado más puro, más justo, de exigencia fundamental de derechos que han sido negados de forma sistemática, invisibilizados. En México, según una encuesta nacional realizada por El Financiero señala que “lo peor del año” fueron los feminicidios y violencia contra las mujeres mientras, que lo más destacado fueron las protestas feministas, ésto nos deja ver que las protestas están sirviendo y la violencia contras las mujeres está alejándose de la normalización e indolencia. Por supuesto que queda mucho por hacer, pero son pasos fundamentales que marcan un piso más firme para la lucha por la igualdad.

Dicha encuesta también hace referencia a la mención de “mujer del año” que colocó a la gimnasta Alexa Moreno en primer lugar, seguida de Claudia Sheinbaum, Yalitza Aparicio y Olga Sánchez Cordero sucesivamente. Si pensamos en la relevancia que tienen estas mujeres por la labor que han desempeñado y llevan a cabo cotidianamente, a ellas y a muchas más (sino es que a todas) en alguna ocasión se les ha menospreciado por su condición étnica, por su físico y el más mínimo “defecto” que se les encuentre, aunque no tenga nada que ver con la labor que realmente desempeñan. He aquí uno de los grandes obstáculos a vencer: a las mujeres no se nos mide con la misma vara que a los hombres. A nosotras se nos exige más del doble, se nos exige el máximo y lo que sigue de eso. Una mujer se ve obligada a buscar la validación de la mayoría masculina que ocupa los puestos principales de dirección y decisión en todos los ámbitos.

Líderes mexicanas como las ya mencionadas y las que faltan, más líderes globales como Greta Thunberg, Alexandria Ocasio-Cortez, Nanjira Sambuli, Marilyn Waring, Michelle Obama, Theresa Kachindamoto y una lista interminable de mujeres que luchan desde sus países y comunidades por un mundo más justo para nosotras, son la prueba fehaciente de que la sororidad se está extendiendo hasta en el más mínimo rincón para exigir el cumplimiento y reconocimiento de nuestros derechos, para ocupar lugares de toma de decisiones y de dirección que eran impensables, para alzar la voz en un mundo que no ha sido hecho por y para nosotras.

Para México y como bien cuestionó Leona Vicario en 1821 a Lucas Alamán: “¿Qué tiene de estraño ni de ridículo que una mujer ame á su patria, y le preste los servicios que pueda para que á estos se les dé, por burla, el título de heroísmo romanesco?” En 2020 y en el año decretado en su honor no tiene nada de extraño ni ridículo que las mujeres finalmente estemos gritando, quemando y exigiendo un país que vele por nuestra vida, seguridad y reconozca nuestros derechos. Por el bien de todas y todos, el mundo es y será también para nosotras.