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El mundo y las diferentes naciones que lo conforman, han tenido que presenciar diversas guerras cuyos resultados han creado una inmensa duda en las personas sobre el propósito de éstas, y qué tan veraz es la información que se presenta acerca de ellas.

Cada vez surgen más cuestionamientos hacia los gobiernos sobre las razones para comenzar un conflicto bélico, por lo que deben encontrar el modo de conseguir la aprobación del pueblo, al mismo tiempo que construyen una opinión pública que los apoye y legitime. Esto lo pueden alcanzar por medio de datos objetivos o mentiras disfrazada de verdades.

Se sabe que las guerras tienen dos frentes en donde se pelean: en el campo de batalla y por medio de las ideologías. La propaganda y las fake news juegan un papel fundamental durante las pugnas entre estados, ya que influyen sobre las opiniones y comportamientos de un grupo específico de individuos, para beneficiar directa o indirectamente al sujeto o entidad que las originan.

Pero ¿cómo logran las noticias falsas esa apariencia de realidad, en particular en un contexto de enfrentamiento entre países? ¿En qué radica su éxito, de modo que se toman como verdades? La respuesta yace principalmente en los medios de comunicación y los líderes de opinión, así como la manera en que presentan la información.

Los medios pueden optar por un enfoque basado en la factualidad de los hechos, de su veracidad y relevancia, así como la imparcialidad en la presentación de las noticias, o pueden preferir utilizar estrategias de ficcionalización en la que se altera la percepción de las personas de un hecho, presentando opiniones, noticias fabricadas o manipuladas, en lugar de lo que verdaderamente sucedió.

La Guerra de Irak que comenzó en el año 2003, es un claro ejemplo del uso de la ficción, ya que fue uno de los conflictos bélicos que más ha causado controversia en términos de la difusión de lo que ocurría en el campo de batalla. Esto, debido a que los medios de comunicación masiva dejaron de lado la mayor de sus obligaciones que era informar, y poco a poco se fueron convirtiendo en un negocio seguro que llamó la atención de empresarios y gobiernos, que lograron infiltrar sus ideologías e imponérselas al público.

¿Cómo? A través de la transmisión de noticias incompletas, noticias falsas presentadas como verdades y el silencio informativo.

Dichas técnicas han sido utilizadas en más de una guerra, y podemos anticipar su uso, por ejemplo, en la actual crisis entre Estados Unidos e Irán.

Finalmente, el deformar la percepción de la gente sin su consentimiento o conocimiento, es una violación básica de su autonomía para tomar decisiones libres, porque están tomándolas en función de cosas que creen que son reales, pero no necesariamente lo son. No obstante, y sobre todo en un escenario de guerra que puede cambiar por siempre el destino de un estado, es nuestra responsabilidad como individuos tener un acercamiento crítico ante noticias falsas y/o propaganda y entender que las opiniones no pueden tener más peso que los hechos. Es necesario, leer, informarse y entender los contextos y antecedentes, antes de asumir algo como una verdad absoluta.