Por David Hernández

Twitter: @DavidHdzLpz

El año 2020 será escenario de negociaciones, cambios de gobierno o incluso de la profundización de los problemas que aquejan a algunos países de Medio Oriente. Desde Argelia en el Magreb, hasta Israel y Líbano en el levante, incluso en Irán, probablemente se desarrollarán fenómenos políticos sumamente relevantes que vale la pena seguir.

Por ejemplo, las manifestaciones en Argelia de inicios del año 2019 provocaron la renuncia del presidente Abdelaziz Buteflika, quien gobernó durante 20 años. No obstante, las movilizaciones han continuado debido al descontento que provocó que todos los candidatos que se presentaron a las elecciones del 12 de diciembre formaron parte del gobierno de Buteflika. De dichos comicios salió vencedor Abdelmadjid Tebboune, resultado que no satisfizo las demandas de la población que exigían una clara diferenciación de la antigua administración. Para Argelia el 2020 será un año sumamente complicado porque el descontento social continúa, debido fundamentalmente a la falta de legitimidad de su nuevo mandatario.

Israel se enfrenta a un hecho sin precedentes en su historia, se convocaron tres elecciones legislativas consecutivas: abril y septiembre de 2019 y marzo de 2020. La principal razón ha sido la falta de consenso entre los principales liderazgos políticos del país para lograr consolidar un nuevo gobierno. Los próximos comicios son de vital importancia porque será la última oportunidad que tendrá el Primer Ministro Benjamin Netanyahu en permanecer en el poder, aunque su partido Likud, aún no ha decidido quién será el candidato, se espera que Netanyahu consiga la posición. Una cuarta elección sería imposible de soportar aún para un político como Netanyahu.

En Líbano, las protestas iniciaron en octubre pasado luego del intento de incrementar impuestos. Posteriormente, otras demandas se sumaron al descontento, entre ellas, la percepción de la creciente corrupción y el mal manejo de la economía. Incluso, se nombró a Hassan Diab como nuevo Primer Ministro, luego de la renuncia de Saad Hariri presionado por las protestas. Durante este año el nuevo mandatario libanes tendrá el reto de atender las demandas de los manifestantes, quienes aún continúan en las calles, sobre todo en materia económica. Mientras que, también será interesante estar al pendiente de la interacción de los diversos grupos sectarios en ese país (organización social herencia de la guerra civil libanesa 1975-1990). Parece ser que, en el marco del descontento generalizado, algunas de estas divisiones sociales se han difuminado y todos los grupos sociales, sin importar su religión, participan conjuntamente de las protestas.

Finalmente, para Irán el 2020 también traerá importantes retos económicos, incluso en el 2019 ya se vislumbraban. Debido al restablecimiento de las sanciones económicas por parte de Estados Unidos, luego de su salida del Acuerdo Nuclear de 2015, Irán ha resentido una baja en sus exportaciones de petróleo, principal sector comercial de ese país. Por tanto, se ha visto en la necesidad de aumentar el precio de su gasolina en un 50%, decisión que provocó que iniciarán movimientos sociales en todo el país. Este año podrían reportarse intentos para negociar con Estados Unidos la disminución de las sanciones económicas, en tanto, la presión interna continuará creciendo por el impacto en la económica local de las medidas estadounidenses.