Sobre la felicidad y sus ascepciones

viernes, 6 de septiembre de 2019 · 08:01
Twitter: @HadaCosquillas Muchos hemos creído que en este mundo lo más importante es tener felicidad. Desde los orígenes de lo que conocemos como pensamiento filosófico occidental, dicho sea de paso; los griegos. Algunos de ellos comenzaron por cuestionarse acerca de la felicidad. Sócrates, por ejemplo: concibe que la felicidad va acompañada de la noción de bien por ende, hay que ser virtuoso para poder alcanzar la felicidad, sin virtud no hay felicidad. Por otro lado, para el Estagirita la felicidad es una actividad de acuerdo a la virtud. El hombre feliz vive bien y obra bien (Cfr. Ar. Eth. Nic. 1098b 20). El obrar sigue al ser para la consecución de su finalidad. Aun cuando la manera de vivir la vida sea elegible, en tanto que somos seres naturales tenemos una finalidad. Dicha finalidad es la felicidad a través de la trascendencia.
Hay que ser virtuoso para poder alcanzar la felicidad, Sin virtud no hay felicidad.
La felicidad entonces para Aristóteles es alcanzar la trascendencia a través del ser virtuoso. Nótese que los griegos ponen mucho énfasis en la virtud ( hago la acotación para aquellos que no conocen de filosofía no se desesperen colegas) Para el gran Platón, la felicidad solamente es posible en el mundo de las esencias. La felicidad es posible según Platón cuando el hombre puede contemplar las esencias de las cosas que solamente se pueden ver a través del intelecto, no se puede ser feliz sin salir del mundo de las sombras, de la caverna según nos explica en su conocida alegoría y solamente aquél que es capaz de ver las ideas logra la felicidad por tanto se conecta verdad con felicidad pero solamente aquél que es virtuoso puede lograr tremenda hazaña. Una vez más, los griegos nos ponen énfasis en la virtud como una categoría necesaria para la felicidad ¿ no les va haciendo pensar algo interesante?
La virtud es un concepto muy ligado a la ética es entonces ¿la ética y la felicidad algo que va de la mano?
 
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Felizzz Jueves??? #jueves #vida #felicidad

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El gran Zygmunt Bauman decía que en estos tiempos la felicidad es algo que termina en las tiendas pero Michel Onfray nos dice contrariamente que la felicidad está en el hedonismo de ser y no de tener. Bien, podría citar a muchos filósofos más pero aquí el punto, no es hacer una antología sobre el concepto de felicidad sino de que nos demos cuenta de cuán difícil es el concepto para poder definirse puesto que cada uno tiene un concepto de lo que es la felicidad. Sin embargo, quiero compartirles lo que he ido yo comprendiendo acerca de este concepto.
Michel Onfray nos dice contrariamente que la felicidad está en el hedonismo de ser y no de tener.
La felicidad, no es algo que sea total y completamente algo que surja de nuestro exterior, es una emoción que uno decide sentir de ahí que haya situaciones que a algunos pueda hacerles feliz y a otro no, todo depende de cómo comprendamos la realidad y desde dónde la interpretamos. Nietzsche decía que no había hechos solamente interpretaciones y es así, la realidad nos puede parecer de un modo u otro según nuestra interpretación y no hay interpretación sin emoción de por medio pues como bien lo dijo Heidegger en su obra de 1927, siempre nos “encontramos” de un modo y este encontrarse se refiere a una emoción; siempre estamos sintiendo algo. La felicidad entonces para mí, es un espacio de tiempo en el que se dan un conjunto de sensaciones que me hacen estar de un modo agradable en el mundo, la felicidad es algo que de algún modo, yo decido sentir ya sea porque me encuentro abierta a las experiencias, porque tengo una conciencia que me hace desear estar feliz. La felicidad entonces no es algo inalcanzable, ni algo por lo cual debamos trabajar duro o toda una vida. Es un estado en el que se decide estar.
La felicidad es algo que de algún modo, yo decido sentir ya sea porque me encuentro abierta a las experiencias, porque tengo una conciencia que me hace desear estar feliz.
Y no es que ande leyendo a Paulo Coelho esto nunca pasará en mi vida ( con todo respeto a quien le guste) sino que mas bien quiero enfatizar aquello que otros han dicho desde hace años. Me refiero al binomio virtud-felicidad. Cierto es que la virtud es algo que los griegos nos invitan a trabajar porque el hombre que es virtuoso es el que se forma un carácter y es el carácter el que nos hace enfrentar a la vida de manera sabia de ahí, que no sea casual que la felicidad vaya de la mano con la virtud para los griegos pues si comprendemos que el ser virtuoso implica ser honrado, respetado, templado, ético, bondadoso ¿por qué un ser humano así no podría ser feliz? Si nos pusiéramos todos a trabajar en uno mismo, trabajar nuestro ser virtuoso ¿se imaginan cómo sería entonces la polis? Nuestra sociedad estaría construida desde la virtud, todas las acciones humanas serían en beneficio de todos y por ende, cultivando la felicidad de todos porque procuraríamos que cada ser humano que habita en la sociedad, tuviese la capacidad de decidir ser feliz pero esa felicidad que nada tiene que ver con deseos caprichosos, egoístas, narcisistas que hemos estado alimentado sino con el deseo de beneficio propio y común. Esa es la felicidad que nos enseñan esos griegos que desde entonces nos han dado los grandes secretos de la humanidad pero que nos hemos hecho sordos ante ellos. ¿A qué se deberá? ¿A que nuestro ego es enorme y no permite que confiemos en los otros que nos han precedido en la historia? ¿Es más fácil creer en un ser intangible que creer en esos otros que nos han dejado su sabiduría escrita? No lo sé, la humanidad me sigue pareciendo un gran misterio, yo misma me parezco un gran misterio por descubrir pero lo que si es un hecho a mis ojos, es que nos ha faltado mucha humildad para aceptar que la felicidad es tan sencilla de sentir pues depende de uno mismo y eso debería sernos fácil pero resulta que lo fácil es hacer a lo otro y al otro responsable de nuestras emociones. Es tan común escuchar expresiones como “ Yo no soy violento, si lo fui es por que tú…” y es así como se nos puede ir la vida eximiéndonos a nosotros mismos de nuestros actos, haciendo responsables a los demás o a las circunstancias de lo que no soy capaz de asumir y responsabilizarme. Ahí se los dejo para pensar… por cierto, ¿ Usted es feliz?

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