Los periodistas no deberían trabajar por migas

viernes, 6 de septiembre de 2019 · 08:20
Twitter: @bufalolmangas "El periodismo es un boleto para una atracción, para sumergirse en persona en las mismas noticias que otros ven por tele… y está bien, pero no paga el alquiler…". -Hunter S. Thompson
Ninguneados, mal pagados, asesinados, uno de los eslabones más vapuleados de la cadena laboral: el periodista.
No hablaré de los columnistas, líderes de opinión, conductores de noticieros o directores editoriales; ese parámetro está en el terreno de los salarios estratosféricos, algunos arriba de los 100 mil pesos mensuales. Elegir el periodismo es una aventura del tipo kamikaze donde los pocos con suerte pueden sostener una vida más o menos estable. Para la gran mayoría estaremos hablando de ingresos que ronden el promedio de 6 y 12 mil pesos al mes. En el terreno de la violencia del año 2000 a la fecha, ARTICLE 19 ha contabilizado 131 asesinatos, de los cuales 121 son hombres y 10 son mujeres. [caption id="attachment_70587" align="aligncenter" width="600"] Periodistas del Estado se Mexico se manifestaron en la FGJEM, Crisanta Espinosa Aguilar, Cuartoscuro[/caption] Si a eso se le suma la crisis del medio para el que trabajen: recorte de la plantilla, deudas con proveedores, recortes presupuestales del Gobierno, quiebra o retraso en los pagos de la nómina… Estamos hablando de una de las profesiones más inestables y a la que cada año se suman miles de jóvenes con la esperanza de cambiar el destino de la sociedad, un sueño idílico y absurdo que la academia nos vendió en las voces de Manuel Buendía, Ryszard Kapu?ci?ski y otros más que ponían a la profesión en el terreno del heroísmo desinteresado. No, el periodista no debería trabajar por migas. Alguna vez en El Universal cuando intenté exigir un sueldo acorde al trabajo desempeñado y mis competencias, un compañero me dijo algo que parece la filosofía de todos los medios: “No seas pendejo, si tú prácticamente estás aquí pagando por ocupar un lugar y tener un nombre. Estás pagando el derecho de piso”. Hace poco leí un comentario acerca de que muchos exreporteros de Reforma hablaban pestes del periódico y aún así lo ponían en su currículo. Formé parte de ese diario y de quién más aprendí fue de mis compañeros, de personas, no de una marca comercial. Siempre se habla del medio como la figura totémica a la que se le debe pleitesía por las bondades que otorga; sin embargo, soy de la firme convicción que no es el medio el que te da prestigio, al contrario: las personas que comparten su conocimiento, talento y dedicación son las que forman el prestigio de la marca. Vamos, no se trata de ponerse ninguna camiseta, pues a las luces de cualquier empresa de medios nadie es indispensable. Es profundamente triste desempeñar la profesión cuando en la mente tienes metidas las exigencias de resultados, el ángulo, la investigación pendiente, entrevistar a tal personaje, y encima de ello la preocupación por no saber si vas a comer o tener dinero para pagar la renta, la colegiatura o las deudas bancarias. Quienes dirigen los medios de comunicación deberían abandonar la soberbia y ser sensibles ante las necesidades de su personal, muy pocos lo entienden y solo viven preocupados por su cartera y el poder político. Ahí tenemos el ejemplo de Max Trejo con México.com. Esto por hablar de una sola profesión, pero en general las humanidades son un área mal pagada en México y en la que los contratantes creen que la consideración más importante es el aplauso o el reconocimiento del esfuerzo. Sí, pero de las palmadas en la espalda no se come.

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