Sin oposición

miércoles, 25 de septiembre de 2019 · 02:21
Twitter: @YessUrbina Desde que llegó Andrés Manuel López Obrador a la presidencia y Morena con su mayoría arrasadora al Poder Legislativo, las cosas claramente cambiaron en nuestro país. El rol inverso que ahora juega Morena ha dado vuelcos “inesperados” y alarmantes que pueden impactar (o ya impactan) la vida de millones de mexicanos. En retrospectiva, ver a un líder morenista como Mario Delgado a favor de la Guardia Nacional |cuando había sido uno de los opositores más duros durante las discusiones de la Ley de Seguridad Interior, sus orgullosas declaraciones porque no quedó ni una coma de la reforma educativa del sexenio anterior y así podemos continuar no sólo con Mario sino con la bancada de Morena en general en ambas cámaras. Aunque, tampoco haremos un juicio injusto con legisladores que han mantenido un mínimo esbozo de autocrítica en sus votaciones y han enriquecido el debate con argumentos válidos que van más allá de los deseos del presidente. Pero tampoco vamos a cegarnos, pareciera que todo está a su merced. Más allá de los cambios que implicaron la aprobación de la Guardia Nacional y la reforma educativa, más las leyes secundarias que derivan de ellas, por mencionar algunas, Morena ha demostrado tener la capacidad de cabildeo con otras fuerzas políticas que tuvieron la oportunidad de estar en el poder, siguen añorándolo, pero esforzándose por velar solamente por sus intereses, no los colectivos o los de la militancia a la que representan. He ahí el gran problema. Los partidos políticos están desarticulados, desarmados y sin rumbo alguno. Todo pareciera una oposición a lo que Morena y el presidente proponen o decretan sin realmente salir de los argumentos poco valiosos para una negociación digna o al menos un debate que permita una reflexión más profunda. ¿Esto realmente radica en la pobreza de la discusión de fondo o en el desprestigio de su figura política personal y la institución que los respalda? Diría que ambas, sin embargo, pareciera tener más peso la “calidad moral” en estos tiempos que la validez que pudiese tener el argumento y, por tanto, la credibilidad e impacto en la discusión pública, lo que termina dificultando que la oposición pueda hacer algo contra la mayoría morenista. Lo grave y alarmante es que no hablamos sólo de discusiones entre políticos sobre quién ha hecho menos mal al país o si el presidente tiene razón o no, estamos hablando de los tomadores de decisiones de nuestro país. Aquellas personas que suben a la tribuna a defender sus posturas no sólo se pronuncian por sus ideales y los del proyecto que los llevó a estar ahí, sino que tienen la obligación de cumplir la promesa de justicia social que enarbola la Cuarta Transformación. Si a eso sumamos que estamos a nada de que comience la verdadera arenga por las elecciones intermedias, la tensión se acumula. Los partidos políticos en crisis tienen el reto de recuperar la confianza de la ciudadanía para traducirlo en votos y después de las últimas elecciones, el planteamiento de sus batallas pareciera ir por un rumbo completamente equivocado que los aleja más de poder recuperar el poder.
No podemos aspirar a tener una verdadera oposición cuando el PAN sigue brindando espacios a personajes como Vicente Fox o con una dirigencia tan mediocre como la de Marko Cortés...
A un PRI con las prácticas de siempre, a un PRD en ruinas y a pequeños partidos que sólo se esfuerzan por mantener el registro. A este paso, Morena mantendrá la mayoría por un buen rato más y no es sano para nuestra democracia. Es momento de reflexionar hacia dónde vamos con las modificaciones que se están haciendo, los privilegios que se mantienen y defienden a capa y espada…y también a la asignación del presupuesto para el 2020. Estamos ante una crisis política que exige una oposición articulada, congruente, crítica y representativa. No se trata de ir en contra de la mayoría o de “darles en la madre”, se trata de construir un país más justo, donde la justicia social pase de ser una promesa a una realidad y no una simple lucha de ideologías o intereses particulares.

Otras Noticias