¿A quién privilegian las políticas de movilidad en la CDMX?

martes, 24 de septiembre de 2019 · 02:01
Twitter: @RicardoSolano_ Hace unos días pedí un servicio de taxi a través de una aplicación. Al finalizar el viaje, el costo fue de 36 pesos más del costo original por haber durado 10 minutos más. Me molesté mucho y, siendo un usuario habitual de estas aplicaciones, sé que no hubiera ganada nada reclamando a la empresa. Pero esto me llevó a reflexionar que el incremento en el costo del viaje también incrementa los impuestos que tienen que pagar a la Ciudad de México y que, en teoría, se van a mejorar la movilidad de la ciudad. Lo que molesta es esa frase “en teoría”. De acuerdo con el Plan Estratégico de Movilidad de la Ciudad de México 2019, el transporte público de la ciudad está fragmentado por una falta de visión metropolitana entre la CDMX y los municipios conurbados, lo que ocasiona su ineficiencia y aumenta los tiempos de traslado. De acuerdo con este Plan, la gente que utiliza el metro tarda 34% más en llegar a su destino, en comparación con vehículos privados, en transporte colectivo es 54%, en autobús suburbano 33% y en RTP 22% más. Según el Plan en cuestión, el usuario es el centro de las políticas de movilidad. El 3 de septiembre pasado, un grupo de concesionarios de transporte público bloqueó varios puntos de la CDMX exigiendo un aumento a la tarifa de dos pesos. Al bloquear el paso por Insurgentes y Reforma, el servicio de la L1 del Metrobús se detuvo en varias estaciones, afectando a los usuarios. Si el usuario es el centro de las políticas de movilidad ¿no debería el gobierno de la CDMX garantizar el servicio del transporte público siempre?
El usuario es quien paga las consecuencias cuando llega a las estaciones y es ahí cuando se entera que no se puede llegar a su destino como de costumbre.
En el mejor de los casos, el usuario puede pagar una tarifa dinámica alta y usar una de las aplicaciones, o abordar un taxi (con el peligro que ello conlleva). En el peor de los casos, el usuario no tiene otra opción que esperar ahí en la estación hasta que se restablezca el servicio. Eso no es poner al usuario en el centro de las políticas de movilidad. En la última rehabilitación de la Glorieta de Insurgentes (2017), se instalaron escaleras eléctricas y elevadores en las estaciones del Metrobús. Esa infraestructura es sumamente necesaria porque las estaciones están en lo alto y las personas con discapacidad y adultos mayores no pueden acceder a ellas. Lo que no se explica es cómo es posible que no estén en funcionamiento. Me parte el alma ver a adultos mayores hacer un gran esfuerzo por bajar subir las escaleras de las estaciones, siendo que ya existen las escaleras eléctricas y los elevadores. Yo viví en Holanda un tiempo y la gran diferencia para los usuarios del transporte público es que allá es fácil utilizarlo. Hay elevadores y escaleras eléctricas funcionando, donde debe haberlas; siempre hay estaciones cercanas a los hogares y lugares de trabajo, a las que se llega caminando; todo el transporte se paga con la misma tarjeta y se puede vincular la tarjeta de débito con la del transporte. Sí, también se llena el transporte en Holanda en horas pico, también tienen pintas en las ventanas, también hay choferes que no manejan bien. Hagamos que el transporte sea sencillo de utilizar para los usuarios, eso haría toda la diferencia. No obstante, el gobierno de Claudia Sheinbaum anunció la construcción de tres puentes vehiculares con una inversión de 880 mdp. Así, queda claro que el usuario del transporte público no es el centro de las políticas de movilidad.

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