Los monumentos se restauran. Los estragos de un abuso, no

viernes, 23 de agosto de 2019 · 08:31
Twitter: @bufalolmangas Hace poco más de 20 años, centenas de mujeres fueron ultrajadas, asesinadas y sus cuerpos abandonados en el desierto o en lotes baldíos de Ciudad Juárez. Más de 1 mil 700 víctimas. En aquella época los habitantes de la Ciudad de México lo observaban como un caso aislado, lejano, de los horrores de vivir en provincia. Estábamos muy equivocados al pensar que aquella violencia no se manifestaría a la vuelta de la esquina o al abordar un taxi o un Uber. Tan solo entre 2011 y 2015 se ha tenido un registro de 1 mil 722 mujeres asesinadas en el Estado de México, cifra que lejos de decrecer continua en aumento. [caption id="attachment_68453" align="aligncenter" width="600"] Familiares de mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez en 2004, Foto: J Guadalupe, Cuartoscuro[/caption] Deténgase un instante en el tablero de anuncios del andén en el metro y observe los rostros de mujeres desaparecidas; cada semana hay una distinta en estos afiches que utiliza la Procuraduría para ayudar a su localización.
¿Cuántas de ellas volvieron a casa?
“Así no se protesta”, “Con la violencia no se soluciona nada”, “Esas feminazis se pasaron con sus desmadritos”, “¿Así quieren que a esas pinches viejas se les tome en serio?” Son las frases que escuché de hombres que criticaron las protestas del viernes 16 de agosto de 2019, fecha que deberemos recordar como el día en que las mujeres dejaron de callarse, de ser ignoradas por un gobierno paradójicamente encabezado por una mujer que luce fría y distante. Y es que si hace 25 años hubiéramos atendido las señales que vimos al norte de México, si hubiéramos sido empáticos ante la violencia de género, quizá las formas de protesta tendrían otra tesitura. Fue un acto vil la agresión de Luís Ángel ‘El Chupas’ Estrada al reportero Juan Manuel Jiménez, pero ahí el tema a discusión es otro: ¿se va a investigar a los grupos de choque que intervienen en cada marcha? Esperemos que el Gobierno de Sheinbaum ponga atención en eso y no solo en darle gusto al gremio periodístico. Fuera de aquello no perdamos el foco de que la estridencia...
Lo colérico de la manifestación de las mujeres obedece a la inacción de gobiernos y sociedad para reducir los crímenes contra ellas.
Las grandes pujas hacia una sociedad de primer orden siempre vinieron acompañadas de confrontaciones violentas, de salir a las calles o cerrar fábricas para exigir los derechos primordiales. Las mujeres lo han intentado por la vía pacífica, con mesas de diálogo, acudiendo a los medios a hablar de equidad de género… No ha sido suficiente. [caption id="attachment_68454" align="aligncenter" width="600"] Miles de mujeres de diferentes organizaciones feministas convocadas por los colectivos #NomeCuidanMeViolan y #ExigirJusticiaNoesProvocacion, se manifestaron en la CDMX, Foto: Graciela López, Cuartoscuro[/caption] Como hombre es muy complicado opinar en terrenos espinosos, puedes ser tachado de sexista o de plano relegado aunque simpatices con la causa. Por ello, considero que se debe empezar por la autocrítica: también he sido celoso, he tenido comportamientos machistas o he ejercido el chantaje, he cosificado a la mujer y sentido envidia porque ella puede tener mejor posición económica que yo… Pero estoy dispuesto a romper la cultura machista que se nos han inculcado por siglos y a tratar de entrarle a este nuevo paradigma que se nos presenta como sociedad a partir de la empatía: no puedo marchar contigo, pero apoyo tu causa y en la medida de lo posible lucharé porque tengas derecho a expresar tu verdad. Porque esto no es una pelea de hombre contra mujer, sino una batalla por acabar con el machismo y la violencia de género. Los vidrios se pueden instalar de nuevo, la pintura en las paredes se puede limpiar, los monumentos no son eternos. En cambio, la vida de una persona, los sueños, las esperanzas de una víctima se quiebran y el mundo a su alrededor se fragmenta. No hay repuestos para una mujer violentada, los estragos del abuso sexual no se pueden restaurar ni el dolor de los familiares que han perdido a un ser querido.

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