La dura situación laboral de los jóvenes y lo que falta
Sobre la mesa
El desempleo juvenil no está siempre ligado a la flojera, es una tendencia en aumento derivada de los cambios en el mundo laboral con la Cuarta Revolución Industrial. La fórmula es sencilla: la tecnología avanza rápido y transforma los puestos de trabajo, los cuales demandan nuevas competencias técnicas y habilidades blandas.
Es justo en estas nuevas necesidades en donde se encuentra el reto, pues la mayoría de los jóvenes que están egresando de las universidades no están desarrollando esas competencias que el mercado ya requiere. A esto, hay que sumar la poca apuesta no sólo de México, sino de Latinoamérica por las carreras técnicas.
[caption id="attachment_58122" align="aligncenter" width="575"] Fuente: e-consulta[/caption]De acuerdo con información recabada por el Congreso Iberoamericano de Calidad Educativa, en nuestro país hay 884 mil 237 personas con estudios universitarios y sin trabajo.
Nos enfrentamos a un nuevo mundo laboral en el que tener un título universitario no garantiza una mejor calidad de vida.
Las cifras confirman esta nueva realidad. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el mundo hay 2 millones de trabajadores en pobreza.
Es cierto, en México la generación de empleo se desacelera cada mes, eso lo confirma el número de plazas laborales registradas ante el IMSS.
Sin embargo, también es un hecho que en nuestro país y en todo el mundo están surgiendo nuevos empleos para los cuales no hay suficiente talento capacitado.
Esto también se refleja en la tasa de informalidad, la cual es de 62.2% en el caso de los jóvenes y de 56.7% para la población adulta de México.
Quiero hacer un breve paréntesis: los becarios de Jóvenes Construyendo el Futuro no se deben contemplar entre las cifras del IMSS sobre empleo formal porque sería una acción de “doble moral”, puesto que el programa es de capacitación para mejorar la empleabilidad de los llamados “ninis” y no para darles chamba. De hecho, si se siguen los lineamientos, los jóvenes no están trabajando, están aprendiendo.
Retomando el tema, de aprobarse las nuevas cuatro carreras del Instituto Politécnico Nacional para febrero de 2020 (ingeniería en Inteligencia Artificial, ingeniería Fotónica, licenciatura en Ciencias de Datos y licenciatura en Negocios Digitales) esta institución académica habría creado en un año seis nuevos programas de estudio por la Cuarta Revolución Industrial.
De hecho, la UNAM y el Tec de Monterrey ya ofrecerán carreras enfocadas en Ciencias de Datos a partir de agosto. Los Científicos de Datos son un perfil cada vez más demandado por las empresas, especialmente las tecnológicas. Cuando entrevisté a Judith Vila, directora de Recursos Humanos de IBM México, me dijo que los “data scientist” era la vacante más difícil de cubrir porque no existía la carrera en nuestro país.
Para tener un científico de datos, IBM tiene que reclutar un profesionista con conocimientos en estadística, matemáticas o actuaría (lo que les lleva hasta 4 meses) y posteriormente, desarrollarlos como data scientist, una profesión en la que se llega a ganar más de 100 mil pesos mensuales dependiendo la experiencia.
Ahora tres de las más grandes universidades del país tendrán esta carrera. Eso es parte de lo que se debe hacer para ayudar a mejorar la empleabilidad de jóvenes ante un nuevo mundo laboral.
Crear nuevos programas académicos basados en la necesidad del mercado de trabajo será parte del éxito.
También incluir competencias digitales y habilidades blandas en los que ya existen.
Esto no es sólo un trabajo del sector académico, las empresas también tienen que apoyar aportando sus conocimientos y los requerimientos específicos. Por otra parte, el gobierno tiene que hacer menos burocrática la apertura de una nueva carrera, porque el trámite para un Revoe es tan largo, que cuando se consigue, el programa ya quedó desfasado.
Pero abrir nuevas licenciaturas e ingenierías no será lo único que se tenga que hacer, la certificación de competencias es también algo más valorado por los empleadores y en eso, vamos muy atrasados y ya ni se diga en la formación dual y educación técnica, de las cuales hablaremos después.