Las evidencias científicas y la crisis climática global ante la poca ambición de los países para disminuir sus GE

jueves, 20 de junio de 2019 · 08:20
Twitter: @Marioliva4 Hace un par de días en la península de Yucatán, se ha declarado una emergencia, debido a que el suministro de la energía eléctrica es insuficiente para la demanda, que ha aumentado principalmente por el uso de aire acondicionado debido al aumento de temperatura. Y es que justo el aumento de temperaturas a nivel global en países extremadamente vulnerables como el nuestro, que ya de por si tiene retos importantes en el tema de la seguridad humana, significan un riesgo más grande hacia el recrudecimiento de las condiciones de vida de sus habitantes por el daño a los ecosistemas debido a la emisión de gases efecto invernadero dentro de el sistema económico global. [caption id="attachment_57570" align="aligncenter" width="662"] Fuente: lavoz.com.ar[/caption] La generación de energía a nivel mundial representa el 60% de las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI), los responsables del aumento de la temperatura global en mas de 1ºC y que día a día estemos perdiendo nuestra capacidad de asombro, al ver osos polares vagando en ciudades lejanas a su hábitat en Siberia en busca de comida o perros jalando trineos sobre una alberca de agua y no de hielo, porque resulta que el hielo se ha derretido 70 años antes de las predicciones científicas.
Transitar hacia la generación de energías renovables de manera rápida es, no solamente socialmente justo, es más barato.
Pues incluso sin los subsidios gubernamentales que se les dan a las energías fósiles, las energías renovables son mas baratas y ayudan a crear más empleos. Todo esto, mientras que, de acuerdo a Climate Tracker1 en la reunión intersesional del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico (SBSTA, por sus siglas en inglés), que se está llevando a cabo esta semana en Alemania, se busca disolver la evidencia científica antes de llegar a las negociaciones de la COP 25 en Chile, a celebrarse en diciembre de este año, una negociación importante pues es la última antes de la entrada en vigor del Acuerdo de París y se busca que ésta sea ambiciosa en el aumento de compromisos por país, en la reducción de emisiones de GEI, para que, efectivamente no pasemos el 1.5ºC de aumento promedio global de temperaturas.
Mientras tanto, la crisis climática global está aquí. Y las negociaciones están yendo al lado contrario, a pesar del riesgo que supone para esos países.