Y los adultos ¿para cuándo?
El problema no es el clima, somos nosotros y si esa premisa no se entiende y acepta con convicción nada nos podrá salvar de seguir extinguiendo otras especies, devorando los ecosistemas y subiéndole a la hornilla para derretirnos en temperaturas cada vez más extremas en una clase de autosabotaje generacional.
Es parte de esa dinámica de out of sight out of mind o si no lo veo, no existe. Así, está aquel que tira una botella de plástico en un río y como ésta es arrastrada por la corriente, ya no está, ya no me importa, ya no existe. Y también está el que tira el chicle en la calle porque “pues el gobierno no pone suficientes botes de basura”. El círculo vicioso se extiende en un eterno espiral en el que, de una manera u otra, participamos los más de 7 mil millones de habitantes del planeta.
[caption id="attachment_41986" align="aligncenter" width="300"] Fuente: reuters.com[/caption]Los pequeños cambios sí cuentan, así como las acciones que demuestren que el tema nos importa y parece que eso es algo más fácil de asimilar por adolescentes que por los adultos y ahora están dispuestos a hacer algo para no ser parte del problema sino de la solución.
Al menos eso han demostrado jóvenes estudiantes en Europa que en más de 30 semanas cada viernes de manera religiosa han encabezado paros estudiantiles para protestar por la pasividad de las autoridades y políticos para abordar el inevitable -e incómodo para muchos- tema del cambio climático.
Los movimientos #FridaysForFuture y #youthforclimate se extendieron poderosamente por el viejo continente y saltaron el charco al nuestro. A ellos se han unido estudiantes de otros países como Argentina y ciudades de nuestro país como Torreón en Coahuila.
Las campañas han demostrado el poder de una juventud con ímpetu pero una hoja de ruta clara y el impacto que puede tener su exigencia de un mejor futuro para todos, empezando por limpiar el tiradero que los adultos han hecho.
Esta semana es importante para el movimiento que surgió en el verano de 2018 bajo iniciativa de la adolescente sueca de 16 años, Greta Thunberg:el viernes 15 se ha convocado a una huelga mundial estudiantil por el cambio climático.
Estos días previos son decisivos para convocar a más estudiantes, padres y maestros que quieran acompañarlos en el paro y contagiarlos de la urgencia de tomar las riendas de las demandas de acciones concretas a los políticos de manera local e individual como dirigentes de un país pero también empujar hacia una política internacional que de lidere los esfuerzos por salvar al planeta.
Sí, una transición energética, también detener el avance de la urbanización voraz que arrasa con todo, usar menos el automóvil y eliminar el uso de plásticos… pero más importante aún: educar. Y en ese punto se incluye hacerlo con el ejemplo y demostrar a las nuevas generaciones que también entendemos la gravedad del cambio climático y que podemos con el compromiso de saber que somos los últimos que podemos hacer algo para frenarlo.