Amor: un arte insondable

domingo, 17 de febrero de 2019 · 08:00
Twitter: @citlaestrella  “Lo que se hace por amor siempre acontece más allá del bien y del mal". -Friedrich Nietzsche Hablar de amor nunca pasará de moda, mientras exista la especie humana será un tema recurrente, del cual se sabe poco a pesar de que todos lo experimentamos ¿Por qué hacer esta última aseveración? Múltiples disciplinas han abordado el fenómeno amoroso sin lograr hallazgos concluyentes; pareciera que el amor es algo más fenomenológico que teórico, y que solo podemos acceder a él a través de la vivencia. ¿Pero entonces cómo se puede hacer esta presente reflexión sobre el amor si solo queda en el ámbito de la experiencia? Ya lo decía el filósofo austriaco Ludwing Wittgenstein:
“El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas”[i]
Y el lenguaje permite que esos hechos se materialicen para los humanos y que sean parte del pensamiento, y por ende de nuestra realidad. Siglos atrás se ha denominado como “amor” a este complejo fenómeno, donde intervienen aspectos neurobiológicos, espirituales, culturales, entre muchos más, pero solo fue una manera de nombrarlo y tratar de hacerlo inteligible, debido a que su naturaleza sigue siendo por completo enigmática. No cabe duda que el amor existe, lo podemos vivir y tratar de conceptualizarlo al decir que es una emoción, una construcción social, un instinto, una reacción química Voltaire -que retoma a Lao Tse- afirma al respecto:
“El amor es la más fuerte de todas las pasiones porque ataca al mismo tiempo la cabeza, el corazón y el cuerpo”.
Otra opción para hacerlo aprehensible es su mediación a través de manifestaciones simbólicas como el arte. La literatura, música, danza, poesía, cine, fotografía, pintura, escultura han atestiguado la manera en que diferentes artistas toman como motivo recurrente al amor, pero no solo el que tilda en lo romántico y pasional, sino todas aquellas variantes del suceso amoroso: filial, estético, intelectual, compasivo, religioso, etc. Ejemplos de esta idea son la siguiente selección de obras: El éxtasis de Santa Teresa (1647-1652) Gian Lorenzo Bernini: El artista italiano del barroco nos brinda una construcción del amor desde la perspectiva religiosa: La monja fundadora de la orden de las Carmelitas, Teresa de Jesús está sufriendo una experiencia mística o transverberación, donde se logra un hondo vínculo con Dios a partir de que el corazón se ve afectado por una energía desconocida – de ahí el recurso de la flecha- Bernini a partir de la expresividad no verbal de sus personajes nos transmite esta intensidad del amor que está inundando a la santa.
La novia del viento (1914) Oskar Kokoschka:  El expresionista austríaco nos otorga una visión de lo que es el amor pasional, ese que nos arrebata la cordura , que nos arroja a una sórdida tormenta en la que pocas veces salimos intactos. El cuadro retrata la caótica relación de Kokoschka con Alma Mahler, y es que en una relación todo sucumbe, todo se trastoca al son de los cuerpos que se encuentran, el azul y las pinceladas de este lienzo lo confirman.
 
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- "On a stormy tormented day when he passionately, but entirely selfishly loved me, the world melted away suddenly, and I have since been convinced of an outer-worldly existence." - This is how Alma Mahler described her passionate relationship with Austrian Expressionist Oskar Kokoschka, which had begun in 1912 soon after the death of her husband, the composer Gustav Mahler. She was described as 'the most beautiful girl in Vienna', with lovers that included architect Walter Gropius. Kokoschka was the enfant terrible of the German-speaking art world, whose raw expressionism predated his rival Egon Schiele. Kokoschka immortalized their tempestuous love affair in his 'Bride Of The Wind', 1914, where he depicted himself and Alma safe within each other's arms amidst a raging storm. Things got complicated when Alma became pregnant with his child. Her decision to abort caused an irrevocable rift, one from which Kokoschka was never able to fully recover. Dejected and depressed, he volunteered for the front lines in WWI and was seriously wounded in Russia in 1915. The news of Alma’s marriage to Gropius that year devastated Kokoschka. In desperation, he ordered a life-size doll from the Munich doll-maker Hermine Moos. The doll was to resemble Alma in every little detail, including “the incipient hollows and wrinkles that are important to me. Please make it possible that my sense of touch will be able to take pleasure in those parts where the layers of fat and muscle suddenly give way to a sinuous covering of skin.” The final product was a hideous furry Frankenstein bride and could scarcely fulfill Kokoschka’s erotic desires. Kokoschka writes, “After I had drawn it and painted it over and over again, I decided to do away with it. It had managed to cure me completely of my passion. So I gave a champagne party. When dawn broke -I was quite drunk, as was everyone else - I beheaded it out in the garden and broke a bottle of red wine over its head.” - - Today is the birthday of Oskar Kokoschka, born 1 March 1886. - - - #brideofthewind #oskarkokoschka #almamahler @kunstmuseumbasel #wildasthewind

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Sín Título (2011) Samuel Aranda: Esta fotografía le valió al fotoperiodista el premio a la mejor imagen del año en el certamen de World Press Photo 2012. Aranda con su lente capturó a una madre que abraza a su hijo herido durante una protesta antigubernamental en Sanaa, la capital de Yemen. El retrato es poderoso, nos remite a la escultura de La Piedad de Miguel Angel, pero también nos recuerda que el amor hacia los hijos es uno de los lazos más fuertes e incondicionales que existen.
Para cerrar, el amor es una fuerza vital, una energía similar al concepto de anima de Carl Jung: Es algo que subyace en nuestra existencia, un impulso vital que no solo atañe a lo humanos, sino al universo en sí. En pocas palabras: el amor es un arte insondable y como tal está lleno de misterios y atracción:
“Cuando el amor llegue a vosotros, segudlo, aún cuando sus veredas sean arduas y difíciles […] aunque la espalda que oculte bajo su plumaje os hiera”[ii].
[i] Wittgenstein L. (2009) Tractatus lógico-philosophicus. Madrid. Gredos. p. 9. [ii] Gibran Jalil G. (1976) El profeta. México. Época. P. 15