Sí es nuestra culpa

miércoles, 4 de diciembre de 2019 · 02:30
Twitter: @YessUrbina La conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer vino a revolucionar el movimiento feminista en tan sólo unos días. En el caso de la Ciudad de México, la marcha convocada el lunes pasado nos dejó claras muchas cosas, entre ellas la preocupación de autoridades gubernamentales por la integridad física de los monumentos, que tenemos muy cercanos a más de una persona que se preocupa más por algo tangible que por una vida…y que el movimiento feminista está luchando incansablemente por una causa que no se ha defendido lo suficiente y sigue cobrando vidas. En México, un país donde mueren 9 mujeres al día, la discusión del debate público se centró en recalcar el machismo social al que hemos estado sujetos desde que tenemos memoria, nos encontramos con argumentos que parecerían no haber evolucionado desde el siglo antepasado, con una indignación muy lejos de la empatía hacia la situación que vivimos las mujeres mexicanas todos los días. A muchos se les olvidó que ser mujer en territorio mexicano es un riesgo mortal. Salimos de casa y no tenemos certeza de nuestro regreso, a eso sumemos que vivimos el año más violento de la historia contemporánea. [caption id="attachment_90918" align="aligncenter" width="189"] Fuente: Twitter.com/ @m_ebrard[/caption] Casos tan recientes como el de Abril Pérez nos dejan ver la deuda enorme que tiene el sistema judicial respecto a la investigación y tipificación de feminicidios, no hay perspectiva de género. Se ignoran las señales de alerta, se minimiza la gravedad de la violencia contra la mujer hasta que es asesinada y se logra visibilizar. Con suerte se hará justicia, la dolorosa e impune realidad nos dice que será una más en las estadísticas. Claro que no todo es negro, hay matices como esos grises claros traducidos en la alerta de género que decretó la Jefa de Gobierno en la Ciudad de México, la incorporación del término “violencia digital” a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la aprobación de la Ley Olimpia en más de 10 estados, pero es sólo parte del proceso integral que implica el combate de la violencia contra las mujeres. Al día de hoy siguen muriendo 9 mujeres sin que nada más suceda. Mostrar más indignación por el “daño” a monumentos que por el feminicidio que sufren tantas mujeres todos los días, muestra la gran falta de empatía y humanidad que ha derivado en la normalización de la violencia, incluyendo a autoridades. ¿De verdad hace falta que un caso de feminicidio sea mediático para que se tomen cartas en el asunto? ¿Es más importante proteger con plástico los monumentos y convocar un cinturón de paz y vigilancia con más elementos que marchistas? ¿Tienen miedo de ver que ésta vez se quemará y destruirá todo lo que tenga que destruirse hasta que hagan algo para que dejen de violentarnos y matarnos? Mientras de un lado tenemos a personas preocupadas por daños físicos, por el otro tenemos a grandes aliadas y aliados que logran entender (y vivir) la urgencia de medidas que realmente estén orientadas a combatir la violencia de género. No es una ilusión, no es una estadística más de la violencia sin precedentes que vivimos en pleno 2019. Es una realidad, una realidad que acaba con la vida de miles de mujeres sólo por ser mujeres. Gracias a las heroínas que marchan y luchan desde todas las trincheras posibles para visibilizar lo que realmente está sucediendo. Gracias por atreverse a contar los abusos de los que han sido víctimas. Gracias por no callar, por levantar la voz, por tomarnos las manos y demostrar que juntas podemos lograrlo todo. Esta revolución claro que es nuestra culpa. Nos cansamos de ser calladas, de que el Estado sea y se comporte como un cómplice más, de que nos maten y se convierta en una noticia más. Somos culpables de la lucha que estamos dando y daremos hasta que se garantice que no matarán ni violentarán a una más sin que se haga nada. Y que quede claro que esto no se trata de una grilla política más entre partidos o grupos privilegiados, se trata de sororidad, empatía, de acciones sociales y gubernamentales que transformen la penosa realidad que se vive en el país…y en todo el mundo. Por último, es la primera vez que se está recopilando información para realizar una muestra sobre violencia sexual, si quieres responder puedes hacerlo aquí y conocer más sobre la iniciativa Que se sepa.