Twitter: @AlfiePingtajo

Este año que está a nada de terminar fue muy duro para la Cultura a nivel nacional.

La Secretaría de Cultura Federal encabezada por Alejandra Frausto ha estado constantemente en el ojo del huracán. Muchos de las personas ya sea trabajadores de la Cultura o integrantes de la comunidad artística se han sentido defraudados y ofendidos por la 4T y sus promesas aún sin cumplir. Esperemos que el año venidero, Frausto se apoye más en personas como Marina Bespalova y revire algunos nombramientos que no han dado el ancho; urge también que resuelva positivamente la situación de todos los trabajadores que están dentro del capítulo 3000. Y por otro lado, las políticas de Paco Ignacio Taibo II hacía con el libro y el mundo editorial están quedando cortas y está haciendo más enemigos que aliados; ojalá estas vacaciones lo hagan recular y reconocer que no es lo mismo Brigada para Leer que la DGP/FCE/Educal y con ello aceptar que no todo está tan mal como se creía, así como aprender a conciliar entre su visión y la de todos los demás.

En Puebla, mi levítica y amada/odiada Ciudad y Estado las cosas tampoco han sido muy buenas. Julio Glockner -actual Secretario de Cultura Estatal- que quiere limpiar de corruptelas y amiguismos a dicha institución, pero se está topando con pared y también con viejas costumbres de hacer las cosas tan arraigadas que pareciera que la única forma de modificarlo es cambiando la alineación de toda la Secretaría. Tiene buenas intenciones, esperemos que su equipo más cercano logre ayudarlo a descifrar y recuperar una Institución que es legado de Don Pedro Ángel Palou Pérez.

Ojalá el 2020 sea un mejor año en todos los aspectos.

Nos urge un México menos bélico y más cultural, menos confrontado y más conciliador, menos moralista y más ético, menos conservador y más liberal. Un México laico, libre, fraterno y universal.

Dos personajes, dos amigos

El pasado 16 de diciembre fue el cumpleaños de Moisés Rosas Silva, una Institución Cultural hecha hombre. Fue colaborador y amigo cercano de personajes como Rafael de Tovar y de Teresa, Carlos Monsiváis y Francisco Toledo. Estuvo al frente de espacios y dependencias culturales como: Fonca, INAH, Centro Cultural del Bosque, Centro Nacional de las Artes, Museo del Estanquillo, Museo Amparo; además fue parte de la Comisión Organizadora de la Conmemoración del Bicentenario del Inicio del Movimiento de Independencia Nacional y del Centenario del Inicio de la Revolución Mexicana. En Puebla dirigió el extinto Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla y Subsecretario de la Secretaría de Cultura y Turismo de Puebla. México y Puebla le deben mucho. A él le debo parte mi camino por el ámbito de la Cultura, me ha impulsado y me ha dado su consejo y su amistad.

Antonio Zúñiga, actual Director del Centro Cultural Helénico, es uno de los Directores y Dramaturgos más importantes del Teatro Contemporáneo de México. Es autor de obras como Mendoza, Historias comunes de anónimos viajantes, Lo que soñé un día que me quedé dormido bajo el puente, recientemente presentó una adaptación de Medea que contó con la actuación de Ilse Salas. En 2013 en el mero corazón de la Colonia Obrera de la CDMX abrió el espacio Carretera 45 de la compañía de homónimo nombre, cuyo espíritu ha sido convertirse en un lugar para difundir e impulsar el Teatro comunitario, de barrio. Gracias a mi labor como Coordinador Nacional del Programa México en Escena del Fonca, tuve la oportunidad de conocer a la Compañía y su foro; pero sobre todo a su Director y todo su cuerpo actoral. Fue uno de los más bellas experiencias y uno de los lugares a los que busco volver cuando voy a la CDMX. Fue una especie de casa. Hace unos días Antonio Zúñiga anunció que ha decidido no volver a Carretera 45. Cerró un ciclo y ha dado paso a las nuevas generaciones que aprendieron a su lado. Sin duda, Carretera 45 estará en buenas manos.

Estas palabras son pues, un humilde presente, un abrazo letrado a dos personas que quiero y admiro. Larga vida a Moisés y a Toño.

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Esta columna se toma un breve descanso, les dejo un abrazo navideño y buenas vibras para cerrar el año y recibir el venidero.

Muchas lecturas, buena música, exquisitas series y películas; y amor y alegría para todos.

Pero sobre todo, muchas ganas porqué nos va tocar sacar la espada y el fúsil, metafóricamente hablando, para defender a la Cultura de las malas planeaciones, los pocos presupuestos y de ciertos funcionarios tiránicos, poco éticos y cero humanistas, y al Estado Laico, que se ve bajo amenaza.